sábado, 31 de mayo de 2014

Möchte nicht

"La luna está muerta.
Amanece convertida en una ventana azul.
Oh noche. Noche, ¿qué has dicho?
En cuanto a tu forma que no puedo describir
Y yo soy nadie,
Vengo solo, a mirarme en ti
Y mi espejo se rompe."
El hombre negro. Serguéi Yesenin. 1924


The Strollers. Otho Cushing.1902 


Martín sonríe con su sonrisa ancha perfectamente estudiada y encantadora.  El violeta de su órbita izquierda, desvanecido a casi imperceptible. el tibio de la palma de su mano apoyada firmemente sobre mi hombro.
-En todo caso, disculpa por el malentendido.  ¿Estamos bien entonces?
-Si, naturalmente.
-¿Y entonces si vas a estar en la fiesta del viernes?
-¿Que fiesta?
-La que va a haber en mi casa.
-¿Que se celebra?
-Pues el día del amor y la amistad, en que planeta vives.  Todos saben que ese día va a ser lo del amigo secreto
-Ah si, claro. Intercambio de regalos. He sido notificado con anterioridad.
-Entonces de aquí salimos para allá.  ¿Asi quedamos, no?  Nada de otros planes para el viernes


La casa esta adornada con globos de látex de colores chillones y espirales de papel.  los muebles de la sala arrinconados para dejar espacio en el centro.   Una mesa para los regalos cubierta con un mantel de plástico.  Un tazón de papas fritas y un pastel.

-Bueno, todo el mundo a caer con la cuota para el licor.
-¿Y entonces que vamos a tomar, papi?
-Mi amor, pues aguardiente o ron. ¿Que te gusta mas?
-Ay no, que pereza.  Mas bien hagamos coctelitos
-Pero  ¿Quien los hace? ¿Tu?
-No, yo si ni idea.  Soy buena es para tomármelos, ji ji.
-Yo se preparar margaritas...
-Si, si, rico margaritas
-Es que éste sabe de todo un poco. Vamos pues y me acompañas a comprar los materiales.

Tímidos faroles intermitentes iluminan las calles semi vacías del barrio.   Al letrero del supermercado se le han apagado un par de letras.
-Bueno, primero que todo, toronjas.
-No tienen.
-Entonces mandarinas tendrán que servir
-¿Que mas?
-Tequila. Es lo mas importante.
-Eso si hay.  ¿Blanco o amarillo?
-No importa.  Amarillo.  Y  triplesec.
-¿Que?
-Licor de naranja.
-Tampoco hay.
-Entonces esto. Aperitivo de vodka con sabor a naranja.   Es lo único remotamente parecido. Y sal
-Sal si tengo en la casa.

La noche avanza y las parejas bailan al son de canciones de música tropical de la década pasada. Tal vez anteriores aun.  La mujer de grandes senos se cuelga del cuello de Martín, tratando de llevar el compás después de su sexto o séptimo margarita, la mitad del ultimo derramada sobre su escote generoso.  La amiga que trajo para presentarme ya ha cejado en sus intentos de arrastrarme a la improvisada pista de baile después de un par de pisotones involuntarios
-Disculpe usted. Nunca aprendí a bailar y mi sentido del ritmo es bastante limitado
Y ahora baila mejilla con mejilla con el auxiliar de facturación.  La concurrencia, animada, llena de exclamaciones festivas el ambiente.
-No me vayas a decir, hermanito, que ya te vas.
-Si, la verdad es que ya me siento bastante cansado y quisiera irme a dormir.
-Pero ¿En que te vas a ir?
-Si me presta el teléfono para pedir un taxi
-Que pena, pero estoy sin linea.  Olvidé pagar la factura.
-Ya lo tomare en la calle entonces.
-No te lo recomiendo, que este sector es bastante solo a esta hora y taxis no pasan.  mas bien ven y te acomodo allá en el cuarto del fondo, y duermes tranquilo y te vas por la mañana.
Vértigo magnético.  Carboncillo sobre papel. 2010

El cuarto esta destinado a almacenar los trastos de la casa.  Una ventana enrejada diminuta en la parte alta de la pared deja ver el negro de la noche y el resplandor lejano de un farol del alumbrado publico. Un colchón que se desenrolla y se extiende en el suelo. Una sabana y una manta de la gaveta de un viejo mueble.  Hace mucho calor como para utilizar la manta.   Es inútil tratar de conciliar el sueño.   Hace mucho calor como para dormir vestido. En la sala, el jolgorio de la fiesta persiste por un par de horas tal vez.  Luego decae gradualmente. Luego el silencio. Entonces, su silueta en la puerta.  La luz débil de la ventana revela que esta vestido únicamente con unos pantalones cortos de deporte.  .

-Hermano, que pena incomodarlo, pero la gente se apoderó de los cuartos y hay un montón de borrachos durmiendo ahí.  Va a tocar que me haga un rincón para echarme un sueñito.
-Por supuesto

En la penumbra incierta, sus ojos cerrados.   Su  respiración leve arroja al aire vaharadas de alcohol.  Su rodilla se toca con la mía y permanece allí.  Parece dormir.  Parece estar despierto con los ojos cerrados.
Estiro los dedos un poco.  Alguna clase de corriente eléctrica parece sentirse entre las puntas de mis dedos y su muslo, sin tocarlo.  Un poco mas y la tibieza de su piel. No parece sobresaltarse, sin embargo.  La redondez de sus muslos voluminosos, sembrados de vello, se continua con la curva perfecta de su trasero.   Entonces de algún modo, sin saber como, en un movimiento rápidamente imperceptible, su boca sobre la mia.  Su lengua hurgando mi garganta. Sus manos amasando mi cuerpo.  Fuerte. Dolorosamente incluso. Sus dientes lacerando mis pezones.  Su boca devorando mi sexo.  Precipitado. Ansiosamente.  El roce de las áreas sensitivas con la superficie de sus molares no es muy placentera, sin embargo.  Su voz ininteligible en mi oído.  Entiendo lo que quiere. Lo que necesita.  Mi cuerpo entre sus piernas muy abiertas. Una embestida y dos, y la resistencia se vence y sus ojos muy abiertos brillan discerniblemente en la penumbra.  Su gesto, siempre tan cuidado se contrae en una mueca irreconocible. Su mandíbula oscila espásticamente sobre su eje horizontal. Su respiracion acelerada expande su pecho ostensiblemente. Alguien podría oírnos.  Acerco mi rostro al suyo, inútilmente,  para acallar el rugido que sube de su boca muy abierta. Solo una palabra.  Mas. Mas de nuevo. Mas rápido. Mas fuerte. Mas tiempo. ¿Cuanto tiempo? El tiempo avanza sin referencia.  Un giro seco de sus fuertes brazos y se encuentra encima, empalándose a si mismo en un ritmo cada vez mas vertiginoso.  Una descarga tibia cruza mi pecho, Cruza mi cara. Mas alla, incluso. Tal vez la almohada. Tal vez la pared.  Su respiracion vuelve a su ritmo, lentamente, mientras su cuerpo se relaja y pronto duerme pesadamente.  La pequeña ventana anuncia la primera luz del día y busco mi ropa en el rincón.


La rutina de la nueva semana se instala pronto, como es usual.  Pasa como siempre, por los pasillos saludando a todos con excesiva familiaridad,  sin darse cuenta de mi presencia.  La intimidad pasada entre nuestros cuerpos me ha hecho completamente invisible a sus ojos. Translúcido.

En el altavoz algo similar a una voz humana, desgarrada por la estática, parece informar que se requiere mi presencia en la dirección.
-La aseguradora ha rechazado de nuevo su afiliación a los servicios de salud.  Mencionan algo sobre una preexistencia.
-Bueno, si. estuve un poco enfermo hace algunos meses, pero yo ya les he llevado los soportes que me pidieron.
-El caso es que si no tiene una afiliación vigente no podemos renovar su contrato.  Eso podría exponer a la empresa a consecuencias legales negativas.
-Entiendo.  ¿Y que mas puedo hacer, entonces?
-Supongo que tendría que comunicarse con su aseguradora original, alla en su ciudad para que gestionen el translado.
-Ya los he llamado y no ha sido posible.
-Entonces tendría que ir personalmente.  





"Ser seco, recto, ausente, amoral, 
si no me acordase del terror que te di. 
Todo eso me haría feliz 
tonterías me harían feliz 
Pero nada me hará tan feliz como dos margaritas"
Dos margaritas.  Os Paralamas do Sucesso
Severino. 1994. EMI




"¿Como saber
quien eres?
¿Como saber?
Si eres como el miedo
y a la vez la calma,
el ruido de un trueno,
la luz de la mañana.
Tienes en un beso
veneno y savia,
y entre mas me muero
mas viva está mi alma"
Veneno y savia.  Margarita Rosa de Francisco
Margarita Rosa. 1997, Sonolux


"Déjame
que yo no tengo la culpa de verte caer,
que yo no tengo la culpa de ver que
entre dos tierras estas
y no dejas aire
que respirar"
Entre dos tierras. Héroes del Silencio
Senderos de traición. 1990. EMI