miércoles, 30 de noviembre de 2011

Comunión

"¡Ay, petenera gitana!
¡Yayay petenera!
Tu entierro no tuvo niñas
buenas.
Niñas que le dan a Cristo muerto
sus guedejas,
y llevan blancas mantillas
en las ferias"


Falseta. Gráfico de la petenera. Romancero Gitano.  Federico García Lorca. 1928

"La noche se espesa como un vino de cien años. La serpiente gorda del Sur abre sus ojos en la madrugada, y hay en los durmientes un deseo infinito de arrojarse por el balcón a la magia perversa del perfume y la lejanía."
Diálogo del amargo.  Poema del cante jondo.  Federico García Lorca. 1921
Los siete sacramentos. Roger van der Weyden. 1450
Oleo sobre madera.  Museo Koninklijk voor Schone Kunsten, Antwerp, Bélgica

El Padre ha reunido por fin, lo suficiente para encargar algunos arreglos necesarios. Reparaciones a los viejos tejados corredizos que cubren las grandes cajas de madera en las que los granos de café se secan al sol. Un inodoro con agua corriente, para no tener que usar más la letrina excavada en la tierra. Una ducha de regadera, para no tener que usar más la manguera de caucho.

Novena geometría estelar.  Acrílico sobre gesso.  2007

Tras algunas semanas de catecismo dominical, es el día señalado para la Primera Comunión. Parece ser de gran importancia para las entidades parentales.  Me han comprado una camisa blanca.  Un pantalón de paño.  Nunca antes tuve ropa nueva, sólo la vieja ropa de los Hermanos. La Madre adorna una gran vela blanca.  Debo bañarme para estar listo. Partiremos pronto a la ciudad. La regadera de la nueva ducha me acaricia con sus cien chorritos de agua fresca.   Al otro lado de la puerta, el ruido de las herramientas.   Me inclino hasta recostarme sobre el suelo.  Por la pequeña hendidura bajo la puerta, veo el patio central. Es el constructor que ha traído el Padre.  Hombre recio de barba cerrada, y cabello de cepillo.  Con sus fuertes brazos dobla las varillas de hierro para hacer vigas, con las cuales levantará un muro.   Su raída camisa abierta, sin mangas, deja ver su pecho velludo y sus poderosos músculos, de venas hinchadas por el esfuerzo. Me masturbo furiosamente, en una posición incómoda, con la mejilla pegada al suelo mojado.  El agua cae sobre mi espalda.  El orgasmo viene pronto, pero el hambre no cede.  Necesito continuar.  El extemo puntiagudo de la varilla en la que trabaja ha lacerado su carne. Una blasfemia.  Sangra.  El segundo orgasmo me sacude.

Hemos llegado a la iglesia grande de la ciudad.  Sus altos muros, cubiertos de piedras pulidas, sacadas de los bancos del gran río.  Se quema el incienso.  En lo alto del techo inaccesible, vuelan las palomas.  Las niñas, con sus blancos vestiditos de novia, y sus blancas mantillas.  Los niños con sus trajecitos elegantes y corbatas a juego.  Antes del acto principal, la ceremonia de la confesión y el perdón de los pecados.
- Me acuso de que he faltado a misa cuatro domingos este año
-Que mas?
-Me acuso de no creer en la infalibilidad pontificia.
-Algo mas?
-Me acuso de haberme comido una pastilla de menta que pertenecía a mi hermano sin haberle pedido permiso.
-Nada mas?
-Nada
-Ni pensamientos impuros?
-No, ciertamente.
Finalmente, el desfile solemne por la nave central.  La pequeña oblea de la eucaristía. Una foto encargada al fotógrafo que trabaja afuera de la puerta principal. De vuelta a casa. El Padre ha abierto una botella de aguardiente para celebrar la ocasión.  Los Hermanos han invitado al constructor a suspender su tarea y acompañarnos.  Se acerca, sonriendo.  Me extiende su gran mano vendada y me felicita.  Desearía decirle algo pero no puedo pensar ni siquiera en una palabra.  Sus dedos, cubiertos de callos aprietan con fuerza.  Desearía reclinar mi rostro en su pecho y mojarme con su sudor.  Desearía lamer su cuerpo y besar su herida abierta, pero sólo puedo temblar, y soltar su mano lentamente.  
"Mi niña, no me mientas.  Dime donde dormiste anoche.  En los pinos, en los pinos donde el sol no brilla. Allí me estremecí toda la noche"
Where did you sleep last night? (In the pines).  Tradicional de los Montes Apalaches. Circa 1870. 
Versión acústica por Nirvana.  MTV unplugged. 1993
   

lunes, 28 de noviembre de 2011

Demencia


"Donde habite el olvido,
En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo sólo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios"
Donde habite el olvido. Luis Cernuda. 1934


El cromosoma del ojo de pez billantemente coloreado que inicia la armoniosa desintegración de la persistencia de la memoria.  Salvador Dalí.  1952-54
Oleo sobre lienzo.  Museo Dalí, San Petersburgo (Florida)

Con la Madre hemos ido a visitar a su anciana tía. Vieja casona. Tejas de barro cocido, Bahareque, guadua, revestimiento de boñiga seca,  paredes encaladas.  Hace años está en cama por una misteriosa enfermedad que primero la privó de su equilibrio, después de su audición y por último de sus recuerdos.  Idéntico padecimiento afligió primero a su madre, y a sus hermanas (exceptuando únicamente a la Madre de la Madre que murió repentinamente durante el sueño de la noche, antes de revelar los primeros síntomas).  La Bisabuela, ya casi centenaria, se aferra a la vida aún, tras largos años de sufrimiento y movilidad reducida, desde su lejano enclave en la montaña, del cual no salió nunca.  Ha pasado los últimos años al cuidado de una de sus nietas, la cual sucumbió a un cáncer terminal que no le dió oportunidades y se la llevó precipitadamente, antes de que tuviese tiempo, incluso, de asimilar su propio destino.  La Madre ha deliberado con sus parientas, y ha decidido hacerse cargo del cuidado de la Bisabuela.   El Administrador ha prestado su Jeep de la Segunda Guerra, y la han traído un domingo por la tarde.  Es muy vieja y de aspecto frágil. Piel acartonada, cruzada por profundos surcos. Cabello blanco recogido en una trenza. Ojos que miran sin ver, opacados por las cataratas, con una medialuna gris que circunda sus córneas.  
Reverberación del vacío.  Estarcido, tinta sobre papel. 2008

Ella y la gente de su generación, vieron el prístino bosque de niebla y le arrancaron sembradíos con la sola fuerza de sus brazos. Surgieron las trochas. Se irguieron las pequeñas aldeas.  La siembra. La cosecha. Los calabazos.  Las pieles de jaguar.  Lo he visto en sus ojos turbios .   La Madre me ha pedido que deje de velar su sueño.  Dice que la perturbo cuando me ve al despertar, sentado junto a su cama, mirándola fijamente.  Le ha dicho que su hijo ha vuelto para robarle los recuerdos. Su único hijo varón fué, en vida, el primer idiota de la aldea, ya muerto hace largo tiempo.  Conforme sus recuerdos desaparecen, su presencia física parece desaparecer también.  La Madre dice que la fiesta del fuego fué siempre su época favorita del año.  El Padre y los Hermanos  han construído arcos con los largos tallos del bambú.  Sobre sus nudos, las velas que se encienden en la noche. En el patio central, un pequeño cono que escupe millares de chispas coloridas de pólvora.   La Bisabuela las ha visto, y ha sonreído.  Finalmente, ha terminado por olvidar incluso su voluntad de vivir.  La mañana la ha encontrado fría y sin vida. 

The memory remains.  Metallica y Marianne Faithfull.  ReLoad. 1995.  Elektra records

jueves, 24 de noviembre de 2011

Vacilación

"Lejos estaba el agua de mi fiebre.
Yo no tenía fuerzas de alcanzar
el alto muro, la colina ardiente,
el cíngulo del cielo con el mar"
Fiebre.  Juana de Ibarbourou.  Las lenguas de diamante. 1919

Radix insatiabilis.  Juan Manuel Echavarría. 
1997. Museo de arte moderno de Bogotá 

Tercer Hermano acostumbra salir al anochecer.  Va a la fonda del camino, a encontrarse con sus amigos, beber aguardiente, jugar billar y seducir a las campesinas locales.  Un poco antes de medianoche, generalmente,  regresa tambaleándose y tratando de no hacer ruido.  Pretendo que duermo. Con un ojo apenas entornado, le veo a través de mis pestañas, desnudándose hasta quedar en su ropa interior.  Entonces apaga la luz y se mete en su cama.
Undécima geometría sagrada.  Marcadores permanentes sobre papel.  2006

Esta noche, es diferente. Se acerca, sin decir nada.  Se sienta en el borde de mi cama, con sus piernas abiertas.  Veo, nítido, el perfil de su paquete bajo su tanga azul.  Es inútil fingir que sigo dormido.  Sabe que estoy despierto y que le miro. Me averguenzo.  Mi cuerpo entero pesa como una tumba.  Con un esfuerzo supremo de voluntad levanto mi mano y la apoyo sobre su muslo, solo un poco más arriba de la rodilla.  Piel tibia. Carne firme. Huele a Sudor y Humo de cigarrillo y Anís y Cardamomo. El Hambre me azuza.  Me veo en mi mente, deslizando mi mano suavemente por la cara interna de su muslo.  hacia arriba.  Sin embargo,  el brazo no se mueve. La mano permanece inerte, apoyada sobre su piel.  Se que él lo espera.  Me pregunto que es entonces lo que me lo impide.  Está, obviamente, prohibido por la ley, y por la santa madre iglesia.  Es un ejemplo claro de lo que constituye Tabú en la vasta mayoría de las sociedades humanas, vivas y extintas.  Pero no.  No es esa la razón.  En mis encuentros conmigo mismo, imaginé momentos como éste  muchas veces.  Pero sólo hasta este punto.  Estar cerca suyo y tocar su piel.  Y despues... Sólo sé que deseo hacerle algo pero no estoy seguro de qué.  El momento se extingue y pasa.  De repente, se levanta y apaga la luz del interruptor en la pared.  Despues, el crujido de las tablas de su cama.  Pronto, el¨sonido de la respiración acompasada de su sueño. 



"Que poderes en la sombra
juegan con mi voluntad?
una máquina los nombra
para podernos controlar"
Dime la verdad.  Marta Sanchez
Mi mundo. 1995. Sony

martes, 22 de noviembre de 2011

Compulsión

"Y así, yo vendré una noche
cuando la hora del placer suene,
hacia los tesoros de tu persona,
como un ladrón, caminando de puntillas.
Para castigar tu carne jubilosa,
para macerar tu seno intacto
y hacer en tu flanco estremecido
una herida ancha y profunda"
Charles Baudelaire. Les fleurs du mal. 1857

Onania. Mihaly Von Zichy. Grabado sobre cobre. 1911

 
Tercer ciclo. Las pasiones complejas

El primer orgasmo pronto trajo consigo un segundo, y un tercero, y una vorágine de placer y verguenza mezclados.  El baño diario, el sanitario, un arbusto denso, el camino de ida, el camino de regreso. Cualquiera es un buen lugar. Cualquiera es un buen momento.  Sólo un momento a solas.  Es imposible desprenderme.  La presencia del Hambre se hace tangible y se agiganta.   Me siento como si fuese una de las ratas con las que James Olds describió el sistema límbico (1954), y que voy a dejarme morir de cansancio e inanición con tal de seguir estimulando los centros de recompensa  

Desde la partida de Primer Hermano y la decisión de Segundo Hermano de irse a vivir con su mujer, sólo quedamos Tercer hermano y yo en el cuarto.  Actúa normalmente, como si no se hubiese dado cuenta que lo he visto durante su baño. Tal vez no me ha visto, después de todo. 

 
Campo sinuoso de deseo.  Bolígrafo sobre papel. 2010

La noche del campo es perfectamente oscura y silenciosa.  Ninguna luz entra por el postigo cerrado de la ventana.  Escucho el sonido acompasado de su respiración dormida.  Al otro lado de la pared, el sonido del sueño de las Hermanas.  El piso de madera cruje al menor movimiento.  Con infinito cuidado cruzo los dos metros que separan su cama de la mía. Un par de horas y de orgasmos después, estoy de pié a su lado.  Por su calor corporal, adivino su forma.  Despacio, me inclino y siento en mi rostro su aliento.  Extiendo mi mano hasta casi tocarlo con la palma.  Levanto un poco su frazada y rozo levemente el vello de su pierna.   De pronto, un movimiento.  Temo haberle despertado.  Sin embargo,  reanuda su leve ronquido.  Permanezco completamente inmóvil por largos minutos.  Siento el sonido de mi corazón. Luego, el largo regreso en puntas hacia mi propia cama.

"Estoy sentado en un cráter desierto,
sigo aguardando el temblor
en mi cuerpo."
Cuando pase el temblor. Soda Stereo
Nada personal. 1985.  Sony 

lunes, 21 de noviembre de 2011

Extasis

"Vi a un ángel cabe mí hacia el lado izquierdo en forma corporal... No era grande, sino pequeño, hermoso mucho, el rostro tan encendido que parecía de los ángeles muy subidos, que parece todos se abrasan... Veíale en las manos un dardo de oro largo, y al fin del hierro me parecía tener un poco de fuego. Este me parecía meter por el corazón algunas veces y que me llegaba a las entrañas: al sacarle me parecía las llevaba consigo, y me dejaba toda abrasada en amor grande de Dios. Era tan grande el dolor que me hacía dar aquellos quejidos, y tan excesiva la suavidad que me pone este grandísimo dolor que no hay desear que se quite"
Teresa de Cepeda y Ahumada.  Vida de Santa Teresa.  Capítulo XXIX. 1559


San Sebastián.  Fred Holland Day. Platinotipia. 1906

Ha llegado la cosecha, como todos los años.  Las cerezas del café se acumulan en una montaña roja. El despulpado de los frutos se extiende por horas. Empiezo la recolección de los residuos en el ardiente calor de la media tarde.  El olor dulce de la sangre de los frutos triturados me ahoga.  En medio del campo, orino de pié junto al gran eucalipto.  La luz esplendorosa del sol, me muestra la presencia de los primeros vellos púbicos, apenas apuntando. El cuerpo madura más rápidamente de lo planeado. Esperaba un par de años aún, antes de esta transición.   Normalmente, ya habría terminado para esta hora, pero la tierra ha sido generosa este año, y aún quedan muchos cestos por cargar. De pronto, el sonido del agua que corre.   Por la hendidura de salida de la máquina, a través de un pequeño espacio a la izquierda de su gran cilindro giratorio, lo he visto. Mi corazón se oprime. Me ha sorprendido de nuevo la hora del baño de Tercer Hermano.  

Extasis místico.  Bolígrafo sobre papel.  2009

Ahora, a escasos metros, lo puedo ver mucho más nítidamente.  El agua deslizándose por su pecho.   Remolinos de vello alrededor de los pezones y bajando, por la linea central de su abdomen marcado. Su torax se expande rítmicamente, con su respiración agitada.  De nuevo, el Hambre me sostiene firmemente anclado al suelo. Quisiera volver el rostro, pero no puedo.  Su masculinidad, erecta, surcada de venas dilatadas.  Una gota brillante de fluído en la punta.  Se masturba furiosamente.  Involuntariamente, mi mano busca, imita sus movimientos. El placer invade todos los circuitos de la consciencia, en oleadas.  Ha dejado de masturbarse de pronto. Un par de pasos en mi dirección. Se ha plantado de frente a mí. Erguido, con los pies separados.  Creo que me ha visto.  Quiero correr. Inútil.  Tal vez me señalará con el dedo, se vestirá corriendo y saldrá a buscarme para darme una paliza.  Tal vez se lo diga al Padre.  No podría sobrellevar tanta verguenza.   En lugar de ello, con cuidado, se acaricia los testículos largamente, despacio, como quien hace rotar en su palma un par de esferas baoding. Su sexo, perfectamente turgente. El glande visiblemente enrojecido.   El placer se ha convertido en una gran esfera de luz que explota dentro de mí, llenándome por completo, en oscilaciones intermitentes.  Así, caigo de rodillas entre las húmedas y  rojas cáscaras trituradas. En mis oídos, zumba el palpitar furioso del corazón. 
"El placer es un alivio, y el orgasmo un abismo"
Días de borrasca (vísperas de resplandores)
Heroes del Silencio. Avalancha. 1995. EMI

sábado, 19 de noviembre de 2011

Alcohol


"¡Cierto: mucho he llorado! El alba es dolorosa.
Toda luna es terrible, y todo sol, amargo.
El agrio amor me hinchó de embriagantes torpores:
¡Que mi quilla reviente! ¡Que me hunda en la mar!"
El barco ebrio (Le bateau ivre).  Arthur Rimbaud.  1871

Los borrachos o el triunfo de Baco.
Oleo sobre lienzo. Museo del Prado


El matrimonio del Padre y la Madre cumple 30 años. Es el dia de la celebración.  El Padre ha sacado los viejos discos de acetato que suenan sólo en las ocasiones especiales, y busca insistente en los cajones una aguja de diamante para la máquina reproductora. Una vez montada, gira vertiginosamente sobre los diminutos surcos, arrancándoles notas musicales.   La Madre ha sacado la garrafa de vino de cereza y ha servido un vaso para todos.  Un brindis.  Todos dan sus felicitaciones. Segundo hermano presenta un discurso que ha preparado para la ocasión.  Las Hermanas sirven los tamales en los que emplearon todo el día.  Los Hermanos reparten la chicha de maíz que reposa fermentándose en la gran olla de barro, con una herradura de hierro en el fondo desde el mes anterior.  La Madre y el Padre bailan una vieja cumbia que nunca había escuchado.  Jamás los he visto bailar antes. Parecen alegres y comunicativos.  
Delirium. acrílico sobre cartón. 2007

El tratado de Lee Goldman habla de inhibición gradual de las funciones cerebrales que afecta de manera mas ostensible a la expresión de las emociones. Hasta ahora he asimilado algunas, puede ser interesante  el efecto de esta neurotoxina en los circuitos que las gobiernan. Posiblemente podría aprender más acerca de su última naturaleza.  He visto en que alacena guarda la Madre la garrafa de vino.  Es dulce, por lo que es mas fácil de deglutir que la chicha. Un vaso y otro. Una sensación cálida,  la acomodación visual falla. La motricidad se entorpece. Igual el equilibrio.  Han ido a buscarme.  Me preguntan que he hecho. 
-Solo probando como se sienten las emociones cuando la inhibición falta.
-Como es que siempre dice cosas tan raras?
-Las creaturas hacen preguntas cuyas respuestas no quieren saber en realidad.
-Está borracho.
-Es que ustedes le dan mal ejemplo.
-Cuando yo era joven y tenía esa edad ya me había pegado mi primera borrachera.
-Cuando éramos jóvenes ustedes eran sólo el lodo que bullía a nuestros pies
......

La exoforma se rebela.  Con violentos espasmos expulsa el contenido gástrico como mecanismo de autopreservación.  Pulso acelerado.  Sudor frío.  Finalmente todo se oscurece.  La neurotoxina no me ha enseñado nada nuevo sobre la emoción humana, pero me ha inducido a mencionar lo que no debe ser mencionado.  Los mecanismos inhibitorios son esenciales para una adaptación adecuada. No debe jugarse con ellos



"Ponte la máscara, tu máscara y podras tener felicidad.
Porque todos llevan su disfraz,
porque todo el año es carnaval,
no salgas a la calle sin la máscara"
Mónica Cervera en 20 Centímetros (Ramón Salazar. 2005).Versión de La máscara. Pepa Flores. La nueva cenicienta. 1964. Zafiro

jueves, 17 de noviembre de 2011

Jerarquía

"Y mientras las vías cerebrales son claramente visibles, sus formas engañosamente obvias, sus destinos son aún desconocidos. Sus secretos aún secretos. Y, si somos sinceros, es la seducción del laberinto la que nos llama a nuestro campo elegido para desbloquear esos secretos. Otros han estado aquí antes que nosotros y nos han dejado señales, pero nosotros, como exploradores de la mente, debemos dedicar nuestra vida y energías a ir más allá para pisar los pasillos desconocidos para encontrar al final, la solución final. Tenemos que ver, tenemos que saber..."
Phillip Channard.  Hellbound: Hellraiser II.  1988




Naturaleza muerta con faisán.  Claude Monet. 1861

Los seres humanos, como otros organismos gregarios, se rigen en su mente colectiva por principios generales de agresión y códigos de conducta, impuestos desde su estado salvaje por la lucha por la sobrevivencia.  Así lo señala el desvaído tomo de Etología de Irenäus Eibl-Eibesfeldt  (Estudio comparado del comportamiento - 1979) y es, de la misma manera, fácilmente observable en la manada de gallinas que la Madre cría en nuestro patio.  Establecen entre sí un orden estricto de picotazos, determinando el acceso a los alimentos y al apareamiento.   En el grupo de colegiales que comparten conmigo las clases, idéntico orden se establece de manera automática.  El reflejo involuntario que me hace enrojecer hasta las orejas cuando me dirigen la palabra, no ayuda a lograr un lugar favorable en la jerarquía.

Es el más alto del grupo,  y le divierte llamar la atención de todos y saludarme en voz alta con variaciones jocosas de mi nombre. Todos ríen viéndome enrojecer, matemáticamente, como un semáforo,  He ensayado a hacer lo mismo, pero mis intentos con los juegos de palabras carecen de sentido humorístico. He optado por evitarlos.  En los recesos, el viejo salón de música es un buen escondite.


Orden universal.  Tiza sobre cartón. 2001

El derruído piano es tocado por una muchacha de manos blancas y dedos finos, que ensaya todos los días. Está en el último grado. La Polonesa de Chopin (Opus 53. 1842) se desliza entre sus dedos, sin esfuerzo aparente. Se ha ofrecido a enseñarme.  Mis manos, torpes, son incapaces con los ejercicios básicos, como un animal que aporrea las teclas blancas y negras.  Han venido, sin embargo, una vez la muchacha ha salido con sus partituras bajo el brazo.  El techo, aislado con paneles de lana de vidrio, es buen material para sus propósitos.  Han arrancado gruesos trozos de lana y la han introducido bajo mi ropa, contra la piel, como una muñeca de trapo que se rellena.   Las fibras irritan la piel (y las mucosas) y persisten por dias. Parece buen momento para hurgar en los mecanismos del orden social. Es necesario establecer un desafío a la jerarquía de picotazos.  Subrepticiamente, he sustraído su maletín.  El acuario del pasillo principal tiene un cardumen de peces dorados (Carassius auratus) que ondulan perezosamente sus velos transparentes.  Allí, sus cuadernos, desplegados en abanicos abiertos, como fondo, establecen un bonito contraste.   Espero de pie, al lado del acuario, que encuentre el maletín vacío que he dejado junto a su escritorio.   Es de esperarse dos principales resultados posibles: mayores represalias y equilibrio restablecido al orden original, o vacilación y equilibrio hacia un nuevo orden.  Se acerca, indeciso.   Le miro a los ojos. Intimidación.  Sabe que he sido yo.  Sus amigos lo saben igualmente.  Un momento de duda.  No lo venía venir.  La maestra de ciencias le ayuda a sacar los cuadernos mojados.  Le ha dicho que no sabe quien ha sido. Probablemente rajar los neumáticos de su bicicleta haya sido, despues de todo, innecesario. 


"Ponme fuera del alcance
del bostezo universal,
nos veremos en el exilio
o en una celda.
Porque fuera del reposo
de mi historia personal
soy un ave rapaz,
mirad mis alas"
Deshacer el mundo.  Heroes del Silencio.  1988 

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Ritos funerarios

"encore un moment, monsieur le bourreau, un petit moment"
Madame du Barry. 8 de diciembre de 1973
"Y de repente el toro miró hacia mí. Con la inocencia de todos los animales reflejada en los ojos, pero también con una imploración. Era la querella contra la injusticia inexplicable, la súplica frente a la innecesaria crueldad"
Antonio Gala. Carta a los herederos. 1995


Túmulo funerario para hombre y perro. 
Excavación arqueológica de Goyet (Bélgica)
Paleolítico superior- Periodo auriñaciense. circa 31500 a.c.

El colegio solicita permiso para una salida de campo. Las entidades parentales no parecen de acuerdo.  Visita a la reserva forestal. Inicia a las 0800 horas - termina a las 12:00.  La Madre se opone. El Padre estudia detenidamente el papel de la autorización y frunce el ceño.  Al cabo de unos instantes, estampa su firma.  El viejo bus de transporte escolar que nunca se utiliza, ha sido desempolvado para la ocasión.  Tose y traquetea mientras toma la carretera al norte.  Objetivos: establecer las diferencias entre el bosque nativo y el bosque artificial (nada vive en el sembrado de pinos).    Los altos robles rojos se mecen con el viento. Las diminutas semillas del encenillo vuelan, flotando en su cubierta pilosa.  Una familia de armadillos se afinca en las oquedades bajo las raíces gigantes de la gran ceiba. La tibouchina florece con corolas aterciopeladas.  El octavo grupo del primer grado también ha tenido su salida de campo.  Han ido a la ribera del río.  Los altos niveles de precipitación en su cabecera trajeron la creciente, que se llevó de repente a los últimos bañistas despreocupados. Los rescatistas registran los vericuetos del río en busca de sus cuerpos.  Los han encontrado muy lejos, casi al llegar al gran Río de la Magdalena.   Las clases se han suspendido por el día.  El salón de gimnasia sirve de sala de velación improvisada.  Dos cajones marrones de madera.  Una corona de flores con cintas moradas, encargada por la rectoría.  Todos en fila, según grupos y grados, pasan a despedir a los muertos.  Sus narices, atiborradas de algodón.  Sus rasgos, hinchados y macerados por el agua.  Una palangana bajo cada ataúd recoge los fluídos que gotean intermitentemente.  A la salida, el bullicio y la celebración por un día sin clases.  El círculo de la vida es implacable, y las tragedias ajenas a duras penas generan indiferencia. 


Círculo de sangre.  marcador permanente sobre papel. 2002

El Padre ha salido más temprano de lo usual a su ronda nocturna de vigilancia, con su escopeta y su perro.  El atardecer, furiosamente rojo se extiende por el firmamento.  El perro, sin raza definible, ha estado con la familia igual tiempo que yo.  Posiblemente uno de sus ancestros fué un pastor alemán, segun muestra su largo hocico y empinadas orejas.  Pelaje corto, amarillo.  Sus patas, demasiado cortas para su cuerpo.  No come concentrado para perros, como en los comerciales de la televisión. Come lo mismo que nosotros.  El Padre siempre ha compartido con él la porción de  carne de la cena.  Regresa pronto, sin el perro.  Ha muerto y debo llevar una pala y enterrarlo.  Está bajo el árbol de mango.  Yace en un charco de su sangre.  Gran herida al lado de su cuello.  Aún no ha muerto, en realidad. Sus patas se mueven espásticamente de cuando en cuando.  La sangre huele a hierro oxidado y monedas viejas.  En sus ojos, brilla, terrible, la angustia.   En pocos instantes, la luz de sus ojos se apaga.  Por un breve momento, desaparece el olor a sangre y a miedo.  Me mira a través de los ojos apagados del perro.
-Olvido y Ausencia
(Muerte conoció nuestro último nombre)
-Ha sido un largo tiempo....

La fosa se ha excavado en el suelo duro.  Las piedras mas grandes que pude encontrar marcan el lugar.  Frente a ellas pienso en la implacable voluntad de vivir de los seres.  La Madre ha venido.  Me ha explicado que el perro ha cazado y devorado una de nuestras gallinas.  Una vez que un perro ha probado una, nunca deja de hacerlo.  Ya ha dejado de ser útil como guardián.  Necesitamos las gallinas porque nos proveen huevos y carne. No puede permitirse.  El Padre ha tenido que matarlo. Ha tenido que usar su machete porque las municiones son costosas.  Le digo que lo comprendo, aunque no es completamente cierto.


   
Marcha No. 1 de Pompa y Circunstancia.  Edward Elgar. Opus 39.  1901
 

sábado, 12 de noviembre de 2011

Contemplación

"No, no.  Yo no pregunto,
yo deseo.
Voz mía libertada que me lames las manos.
En el laberinto de biombos
es mi desnudo quien recibe
la luna de castigo y el reloj encenizado"
Poema doble del lago Eden. Federico García Lorca. 1920



Extasis de Santa teresa. Escultura en mármol. Gian Lorenzo Bernini.
Santa Maria della Vittoria.  1651

A media tarde, despues del regreso diario de la ciudad, espera la carga de frutos de café.  Los recolectores la han traído a sus espaldas en grandes sacos de fique.  El Padre la ha avaluado, midiéndola en su viejo cubo de hojalata, anotando en su cuaderno los valores para el pago del sábado y la ha arrojado a la gigantesca bandeja de alimentación encima de la máquina despulpadora.  Hay que poner en marcha el motor.  La máquina despulpadora es un gran cilindro metálico, cubierto de escamas cortantes, que gira dentro de su camisa de hierro.  Tritura las rojas cerezas de café, expulsando por el frente las semillas y dejando atrás las cáscaras.   Debo retirar con un trozo de madera las cáscaras acumuladas y empujarlas hacia el vertedero, para que la máquina no se obstruya.  El Padre dice que hay que tener cuidado extra con los dedos.  Una vez terminado el despulpado, las cáscaras se cargan  en un gran cesto y se llevan de nuevo al sembrado para fertilizar los arbustos de café.  El gran cesto es pesado, y rezuma un líquido dulce que escurre de las cáscaras trituradas, que me empapa. Después, el baño. De la gran cisterna que guarda el agua para el lavado de los granos de café  se sifonea agua con una manguera de caucho que se cuelga de un alambre suspendido del techo.  Una vieja lona extendida en la entrada indica que alguien se esta bañando, para que nadie pase. 
Impatiens.  Bolígrafo sobre papel.  2005
Terminadas las tareas de la tarde, tengo autorizado un tiempo para hacer lo que quiera.  Mi lugar favorito de la casa es el estrecho patio del costado norte.  Los anchos alerones del tejado le cubren de la luz del sol.  Se respira humedad.  Los viejos muros de ladrillo, cubiertos del terciopelo verde profundo del musgo.  adosadas a las paredes, florece apretadamente la Impatiens walleriana.  Profusión de tonos de rosa, rojo y violeta.  Nìtida geometría de cinco pétalos y diminuto corazón verde.  Abombadas càpsulas de semillas que explotan con una pequeña caricia.  En julio, como todos los años, cuando los obreros despejen de malas yerbas los cafetales, el Padre les indicará que hagan limpieza de este patio.  Con sus machetes cortarán los tallos. Por ahora, puedo sentarme ante sus corolas y pensar en la naturaleza de lo que es bello. Al viejo muro le faltan algunos ladrillos. Al otro lado, el patio interior, con la despulpadora, el tanque de lavado y la cisterna.  Junto a la cisterna, Tercer hermano se prepara para un baño.   Se que es incorrecto que mire.  No reúno la fuerza para no mirar.  Con un rápido movimiento se desnuda. Tiene veinticinco años. Su cuerpo, fortalecido por el duro trabajo del campo,  muestra sus músculos marcados.  Olfatea su ropa interior, y jugando consigo mismo, se la cuelga de su masculinidad erecta, balanceándola de un lado a otro.  Bajo el chorro de agua de la manguera, la toma con su mano, apretando la punta con sus dedos. Con un rápido movimiento, el índice y el pulgar suben y bajan por el tronco.  De pronto, con un espasmo de todo su cuerpo, un chorro de líquido blanco sale, seguido por otro y otro.   La punta  de su miembro, cubierta de una especie de glaseado de aspecto cremoso.  Puedo verlo nítidamente aunque cierre los ojos.  Termina de lavarse y sale de nuevo.  Por largos minutos no puedo moverme.  De pronto, a lo lejos un grito.  Mi nombre. Es hora de la cena.  Mi tiempo a solas ha terminado.    

Duo de las flores. Lakmé. Leo Delibes.  1898

jueves, 10 de noviembre de 2011

Un metro cuadrado de formas de vida (ritual de cortejo)

"Yo no podré quejarme
si no encontré lo que buscaba.
Cerca de las piedras sin jugo y los insectos vacíos
no veré el duelo del sol con las criaturas en carne viva"
Federico García Lorca
Cielo vivo.  Poemas del lago Eden Mills.  1925
Vermin man. Fotograma de Constantin 
Francis Lawrence. 2005. 
Village Roadshow Pictures - Warner Bros.

Un cìrculo de incomunicación se ha hecho visible a mi alrededor.  Evito mirarlos a la cara. Parecen profundamente incómodos cuando los miro directamente a los ojos.  La aproximación directa no parece un buen enfoque.  La actividad del dia de hoy consiste en escoger un metro cuadrado de tierra de los jardines.  Demarcar. Hacer un inventario de las formas de vida macroscópicas que se encuentren dentro del perímetro.  El inventario más completo recibe puntos extra.  Escoger pareja.  Se acerca a mí porque ya todos han escogido.  Pronto cumplirá 13. Tenue bigotillo sobre el labio superior.  Acné incipiente.  Negros rizos. Huele a sudor y naranjas.  Hemos escogido un cuadrado de césped en el jardín posterior. A la sombra del árbol de las orquídeas en  flor.  Establecer el perímetro con la cinta métrica. Clavar estacas.  Marcar con cuerdas.  Parece bien momento para conversación incidental.  Lista de hallazgos: Lombriz de tierra común (Lumbricus terrestris). Tiene un hermano mayor que se graduará pronto.  Hormiga arriera común (Atta laevigata).  Curioso interés sobre datos relacionados con Australia.  Me ha explicado, divertido, que los Ornitorrincos son mamíferos, pero sin embargo ponen huevos.    Mariquita común (Hippodamia convergens). Le he contado que los ornitorrincos son venenosos y atacan con el aguijón de sus patas traseras, y que no son los únicos mamíferos que ponen huevos ya que los equidnas, que son similares a los erizos, también lo hacen.  Ríe y me pide que le cuente más. 

Momentum.  Carboncillo sobre cartón.  2008
Ciempiés común (Scolopendra cingulata).  Le cuento que los eucaliptos provienen de australia, y que allí crecen a muchos metros de altura. Sus troncos son tan fuertes que no pueden ser derribados con hachas, y no pueden ser destruídos por los incendios forestales.  Caracol común de jardín (helix aspersa).  Se acerca para escucharme mejor.  La araña de tela de embudo de sidney es la más venenosa de todas y su picadura puede matar a un humano en cuarenta minutos.  Hormiga roja (Solenopsis invicta).  Me pregunta cómo sé estas cosas.  Hay un libro en la biblioteca sobre el tema.  Puedo ayudar a buscarlo. En los mares de Australia, vive la avispa de mar que es la única medusa de forma cúbica del mundo, capaz de producir la muerte en tres minutos, y a diferencia de las demás medusas, que son ciegas, tiene veinte ojos. Escarabajo pelotero (larva. características morfológicas insuficientes para determinar el taxon).  Su aliento cerca de mi rostro.  Azahar y hambre.  Los delgados pantalones del uniforme poco pueden disimular su rígida masculinidad.  Me estremezco. Algún día desearía irse a vivir a Australia.  Ha visto que la he visto.  Con su mano, la aprieta ostensiblemente, haciendo un sonido de click con la lengua.  Es mejor que regresemos. Deben estar todos ya de vuelta en el salón de clases. No importa que no hayamos catalogado aún las formas de vida vegetales
"Si envejece el río,
y el mundo va girando.
Si el agua es fría
aunque los soles quemen,
es porque las montañas
saben que aprendemos
lo que es Jerusalén"
Jerusalén. Ana y Jaime. 1978

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Ejercicio de Integración

"La roca, de la que provengo
y sobre la que canto mis canciones de Dios
se pudre.
Así caigo del camino
y me cuelo dentro de mí.
Muy lejos,
sola,
entre piedras de lamentos hacia el mar.
He fluído tan lejos
del fermentado mosto de mi sangre,
y siempre en mí, el resonar
cuado, terrible, hacia el este
los pétreos huesos carcomidos de mi pueblo
claman a Dios"
Mein volk.  Else Lasker-Schuller.  1930
Don Siegel. 1956

El ciclo de enseñanza primaria ha terminado.  El ciclo de enseñanza secundaria tendrá que continuar en la Ciudad. La ciudad está marcada por un resplandor en el cielo nocturno del sur.   La Madre ha conseguido con su hermana un uniforme viejo que el primo mayor ya no usa hace mucho.  Es de crítica importancia no ensuciar el uniforme, dice.  Hay que partir antes del amanecer.  Ya no podré ir por la cuota diaria de leche a casa de la Vieja Señora.  Ya no tendré que ver al Señor de las abejas a diario. Mas allá de los cerros, lejos, el cielo se mancha de violeta con el amanecer, sobre la montaña blanca. Los caminos descienden por las laderas oscuras.  La hojarasca ha cubierto las gradas excavadas por el Padre en la tierra amarilla.   En los claros, entre el bosque de bambú las serpientes se calientan sobre las piedras con la primera luz.   La configuración de sus cabezas no es triangular.  No hay fosetas térmicas.  De acuerdo con las directrices del Ministerio de Salud, no son peligrosas. 
Uno de Nosotros.  Lápiz blando sobre papel. 2010
El instituto de educación pública está compuesto de una docena de edificios de ladrillo rojo.  Jardines de césped recortado.  Rosas de grandes corolas. Setos de coloridas hojas variegadas.  He sido asignado al onceavo grupo del primer grado.  Cuarenta rostros inquisitivos.  Mayores que yo.  Diferentes estadíos de pubertad de acuerdo con la Escala de Tanner.  Puedo oler en el aire que se dan cuenta que no soy uno de ellos.  Trato de no llamar la atención sobre mí mismo. Llamar la atención es una opresión dolorosa directamente sobre el estómago.   Actuar con naturalidad. Demostrar intereses comunes.  Nintendo parece ser un tema recurrente.  El periódico lo ha mencionado como una empresa japonesa relacionada con el entretenimiento.  Sus acciones cotizan al alza. No hay suficientes datos.  No se quién es Super Mario. Mi conocimiento de superhéroes está limitado por las restricciones al acceso a la televisión decretadas por el Padre.  No se dispone de literatura al respecto.  Ha sido mencionada la Iron Maiden. Las razones por las cuales un dispositivo de tortura medieval es de interés para el grupo se me escapan.  La información que trato de obtener tangencialmente por la conversación informal no hace mucho sentido.   Prefiero guardar silencio.  El grupo ha decidido que estoy al margen.  Lo han determinado por medio de la ceremonia de alzarme en andas y arrojarme al estanque central.  El agua cenagosa es verde y pesada.  El inesperado impacto ha perturbado a la gran tortuga.  Sobre el nivel del agua asoma su caparazón de ásperas hileras osteodérmicas, cubiertas de algas.  Me mira con sus ojos bordeados de amarillo. Hocico abierto . Lengua vermiforme.  La Madre estará muy enojada por la transgresión de su mandato acerca de la ropa. 

"Estaba la tortuga bajo del agua
haciendo su ruido, como cosa mala"
La tortuga.  Joe Arroyo.  1986.  Discos Fuentes

martes, 8 de noviembre de 2011

ejercicio de compasión

"Bajo la gloria del alba, hendieron el alba los patos chillones, las garzas morosas, como copos flotantes, los loros esmeraldinos de tembloroso vuelo, las guacamayas multicolores.  Y de todas partes, del pajonal, del espacio, del estero y de la palmera, nacía un hálito jubiloso que era vida, era acento, claridad y palpitación.  Mientras tanto, en el arrebol que abría su palio inconmensurable, dardeó el primer destello solar, y lentamente, el astro inmenso como una cúpula, ante el asombro del toro y de la fiera, rodó por las llanuras, enrojeciéndose antes de ascender al azul. 
Alicia, abrazándome llorosa y enloquecida, repetía esta plegaria:
-¡Dios mío,  Dios mío!   ¡El sol, el sol!"
La vorágine.  José Eustasio Rivera.  1924


La douleur.  Vincent Van Gogh.
Litografía. 1882. Museo de arte moderno de Amsterdam

Hermano Mayor se ha ido. Muy lejos, al otro lado del país. Allí la jungla crece sobre infinitas extensiones surcadas por miles de ríos y pantanos.  Allí, el grueso de la Chusma que aterrorizó a la Madre en su infancia, mutó en otras mortíferas organizaciones que desde allí crecen y desangran el país.  No ha dado explicaciones. Sólo ha hecho una pequeña maleta con su ropa, una hamaca y se ha ido. No sabe cuando va a regresar. Negocios, ha dicho. Algo de ganado, posiblemente.   Los ojos de la Madre están perpetuamente enrojecidos.  Después del beso de las buenas noches, terminado el rosario, cuando todas las luces se apagan, la he escuchado llorar detrás de su puerta cerrada.  El Padre se ve pensativo.  Le he escuchado reconvenir a la Madre.  Es un hombre adulto. Sabrá cuidarse. No está bien alterarse frente a los hijos. Sin embargo, en la última emisión del noticiero, he visto sus ojos enrojecidos también. Al cabo de un mes, una carta.  Pequeñas letras irregulares de difícil caligrafía. Está vivo.  Se recupera de la malaria.  Remite de un lugar que no aparece en los mapas. 

Ausencia. Esténcil y tinta sobre papel. 2002

La Madre continúa su rutina diaria de manera maquinal. Silenciosamente. Como un fantasma.  No puede contener un suspiro de vez en cuando y se muerde los labios.  Contrario a su costumbre, se ha recostado en su cama en la mitad de la tarde. Dolor de cabeza.  Sus tareas de la tarde no están terminadas aún. Tampoco las mías.  Hermana mayor dice que la Madre no ha dormido en muchas noches.  Entiendo que es de esperarse unas palabras de aliento en casos como estos.  Es lo acostumbrado con aquellos que pasan por un momento de dificultad.  No puedo pensar en ninguna.   Me acerco a su cabecera la abrazo.  Me abraza y me acerca a su rostro.  Llora en silencio.  Sus lágrimas saben a sal.  Me siento a su cabecera y  peino su cabello con su viejo peine de plástico.   Se ha quedado dormida.  Las hermanas continuarán con las tareas de la cocina.     
"Yo ya me voy
al puerto donde se halla
la barca de oro
que debe conducirme
Yo ya me voy
solo vengo a despedirme
adiós mujer
adiós para siempre, adiós"
La barca de oro.  Mocedades
Mocedades10. 1978. Novola/Zafiro  

viernes, 4 de noviembre de 2011

Fiesta

"Los niños de Cristo bogaban y los judíos llenaban los muros
con un solo corazón de paloma
por el que todos querían escapar.
Las niñas de Cristo cantaban y las judías miraban la muerte
con un solo ojo de faisán,
vidriado por la angustia de un millón de paisajes"
Cementerio Judío.  Federico garcía Lorca. 1930


"What became of your lamb, Clarice?"
Fotograma de The silence of the lambs.  Jonathan Demme. 1991

El Administrador viene un par de veces al año. Es amigo del Padre hace mucho, por lo cual fué elegido como mi padrino de bautismo. Fué él quien lo recomendó ante el Dueño para trabajar en su tierra.  Esto mejoró la situación de la familia.  Hace algunos meses trajo un lechoncillo, pequeño y rosado. Dice que debo cuidarlo y alimentarlo.  El propósito es que cuando crezca el Padre lo sacrificará y él vendrá para una celebración.  Recojo las sobras a diario para alimentarlo. El cerdo crece visiblemente. Sus ojos pequeños miran con curiosidad aguda.  Le gusta acercarse a los que se paran junto a su cercado para que lo acaricien. Debo limpiar la porqueriza a diario.  Fuerte olor a creolina.


Solsticio invernal. Carboncillo. 2009

El solsticio invernal se acerca y pasa.  El cerdo deberá ser sacrificado en las celebraciones del solsticio.  La madre me ha encargado reunir una montaña de helechos secos durante toda la semana. Se ha cosechado y desgranado el maíz tierno.  El administrador viene el dia de navidad.  Los parientes han venido también.  El cuñado del Padre se ha ofrecido para realizar el sacrificio.  Los hermanos han atado las patas del cerdo.  Lo han suspendido de una cuerda.  Largo cuchillo.   Una herida en el pecho. Grito desgarrador. Hilo de sangre.  Huele a Angustia.  El silencio, sin embargo no llega. Viene una segunda herida, y otras más.  El Padre discute con su cuñado. Cree que debió haber contratado a un carnicero. Alguien que supiera hacer el trabajo.  Largos minutos llenos de gritos.  El administrador tiene un revólver en el cinto. Gran ruido.  Olor a pólvora.  Finalmente, el silencio. Respiro. Todos coinciden en que es muy inusual matar un cerdo a tiros.  Una pequeño vaso de vidrio con aguardiente.  La Madre no parece estar de acuerdo.  El Administrador piensa que es mejor que me acostumbre.  Es lo que los hombres hacen. Huele a anís. Sabe a gasolina. Quema la garganta.  
Requiem en Re menor. Opus 626.   Mozart. 1791

jueves, 3 de noviembre de 2011

Ejercicio de Alegría

"Y ningún vecino acudió a ver mi Alegría, y me sorprendió mucho. Así todos los días, durante siente noches proclamé el nacimiento de mi Alegría desde la azotea de mi casa, y nadie quiso escucharme, y nos encontramos solos, mi Alegría y yo, sin nadie que nos visitara"Cuando nació mi alegría.  El Loco.  Gibran Jalil Gibran. 1918

Boda campesina.  Pieter Brueghel el viejo.  1568
Oleo sobre tela.  Museo de historia del arte de Viena
La Madre tiene una hermana que vive en la ciudad.  Su marido es acomodado.  Tiene una máquina que lava la ropa por sí sola, cuyo funcionamiento le produce desconfianza a la Madre. Tiene tres hijos en la adolescencia temprana, de aspecto enfermizo y pálido.  La prima cuenta constantemente chistes cuyo sentido se me escapa.  Espera que me ría de ellos, sin duda, pero pocas veces acierto con el momento apropiado.  El primo  mayor tiene pequeños ojillos y una expresion de perplejidad.  El primo menor tose todo el tiempo, sacudido por crisis de asma, cuyos intervalos ocupa en desarmar meticulosamente sus juguetes.  Vinimos por la celebración de la primera comunión de la prima. La celebración de este rito parece ser de gran importancia. 

Flor de cenizas.  Tinta china en cartón. 2007
La Madre me ha encargado que me muestre alegre con todos.  La sonrisa que he ensayado para estos casos no parece ser suficiente.  La emisión de sonidos articulados con la expresión facial parece aumentar su efecto en demostrar una alegría mayor, lo cual se espera en este tipo de celebraciones.  La tía ha enviado previamente uno de los viejos vestidos del primo mayor para que lo use.  Los parientes están, igual que las amigas del instituto femenino donde estudia la prima.  La música suena.  La prima está determinada a que bailemos.  Las vías cerebelares se resisten.  La coordinación motriz falla.  He marcado con las huellas de mis pisadas el borde de encaje de su vestido blanco y sus zapatos forrados de raso.  He reído ruidosamente de sus chistes.  He añadido aplausos.  Ella sonríe nerviosamente y ha optado por no contar más chistes.

"Alegría, bella chispa divina,
Hija del Elíseo,
Entramos, borrachos de fuego,
Divina, en Tu santuario!"
Opera Babes y Andre Rieu. 
Oda a la Alegría.  9ª sinfonía de Beethoven en Re menor. op125

miércoles, 2 de noviembre de 2011

La naturaleza del sufrimiento

"Yo tenía una niña.
Yo tenía un pez muerto bajo la ceniza de los incensarios.
Yo tenía un mar. ¿De qué? ¡Dios mío! ¡Un mar!
Subí a tocar las campanas, pero las frutas tenían gusanos.
y las cerillas apagadas
se comían los trigos de la primavera.
Yo vi la transparente cigüeña de alcohol
mondar las negras cabezas de los soldados agonizantes
y vi las cabañas de goma
donde giraban las copas llenas de lágrimas"
Iglesia abandonada. Federico García Lorca. 1921

La muerte de la Virgen.  Caravaggio 1606 
Oleo sobre lienzo. Museo del Louvre

La hija del tendero está en el hospital. La Madre ha determinado que iremos a visitarla.  Visitar a los enfermos es una de las obras de misericordia corporales (fuente: el Catecismo. Gaspar Astete. 1599).   Es una muchacha joven, de las mas grandes del último curso de la escuela de la vereda. Hace poco tiene senos, como las mujeres grandes.  La tienda es una casa de madera a la vera del camino con bancos de tablones sin pulir donde los campesinos beben cerveza.  Ella y su hermano dicen que no viven con su madre porque murió.  Las otras niñas dicen que abandonó a su familia.  Hace algunos días no va a la escuela.  Dicen que se envenenó a sí misma con el propósito de morir. Que deseaba morir porque su padre le prohibió ver a un hombre del que estaba enamorada.  Que estaba prohibido porque dicho hombre ya tenía una esposa. Que es de mala educación averiguar por las circunstancias ajenas.  El hospital de la ciudad es un laberinto de cuartos idénticos, en cada uno de los cuales se acomodan en hileras de oxidadas camas metálicas, enfermos con la misma expresión de sufrimiento en el rostro de todos. Con ella, su hermano, que nos recibe.  Le explica a la Madre que en medio de una discusión con su padre, ella tomó una docena de totes, se encerró en su cuarto y se los tragó uno por uno.  Los totes son, al parecer, unos pequeños explosivos que explotan ruidosamente cuando se pisan con el zapato, que venden en la tienda para las celebraciones de las fiestas patronales y la Navidad. Los médicos les han explicado que el fósforo contenido en éstos ha destruído irreversiblemente su hígado, que el hígado es indispensable para la vida humana, y que por esto en el plazo de algunos días su cuerpo se irá envenenando progresivamente con sus propias toxinas, que entrará en inconsciencia y que irremisiblemente morirá.

Geometría 15. Corona de Espinas. 
Marcador permanente sobre cartón. 2009

Las mujeres de la vereda la rodean y rezan el rosario.  Su padre ha contratado un cura para que venga a ungirla con aceite.  Ella retuerce sus manos y llora, ahogándose con el hipo. Su respiración agitada huele a dulce.  Dice que no quiere morir y pide a Dios por un milagro.  El texto de Elisabeth Kübler-Ross de la biblioteca pública menciona algo parecido  (Sobre la muerte y los moribundos, Grijalbo, Barcelona, 1993 ISBN 978-84-253-2445-1).  acerca de la negociación con poderes superiores como mecanismo de defensa ante la muerte.  Menciona también negación, ira y depresión, aunque es posible que no todos se presenten.  El ultimo estado es la aceptación, aunque no todos la alcanzan.  Cada humano trata de llegar a ella recorriendo su propio camino metafórico. El camino de la hija del tendero está marcado por la inconveniencia de tener que asistir desde su cama de hospital a su propio velorio y su propio novenario, muy similar al de la hermana menor de Madre, pero con oraciones diferentes.

"Todo lo verde se seca,
todo lo que nace muere"
La pluma. Martina Camargo
Ale Kumá. 2002


martes, 1 de noviembre de 2011

La naturaleza del duelo

El Descendimiento de la Cruz (De Kruisafneming). Roger van der Weyden
1436. Oleo sobre tabla. Museo del Prado

"No hay dolor, tormento, pena,
martirio, cruz ni aflicción,
que lleguen a ser pintura
de nuestra menor pasión;
solo alivia nuestros males
de vuestro amor esperar"
Novena de Animas. Fernando Sánchez Rivera.  1869


He visto muchas veces esta fotografía en el album familiar.  La madre y sus hermanas de pié, en semicírculo, de luto riguroso alrededor de la tumba reciente de su madre.  Murió poco despues de mi nacimiento.  Nunca he visto en el rostro de la Madre una expresión como la de esa foto.  Profundamente perturbada.  Confundida.  LLorosa. Su hermana menor, de rodillas sobre la lápida se cubre el rostro con una mano.    Es una mujer delgada, de boca pequeñita y cabello recogido perpetuamente en un moño. La visitamos cada año, después de la visita del aniversario de la muerte de Abuela. La Madre viene a limpiar la lápida y la cruz y a rezar un rosario.  Tiene un niño de mi edad y una niña pelirroja apenas un poco mayor que sabe malas palabras. Se me ha prohibido repetirlas.  Su esposo es mucho mayor que ella. Tiene una casa bonita y una máquina refrigeradora con la que hace helados caseros en pequeñas cubetas metálicas.  Este año no podremos volver a visitarla. Ha muerto. La vieja buseta en la que viajaba a la ciudad tuvo un choque y la brusca desaceleración rompió su cuello.  La madre le ha puesto su mejor vestido para el velorio. De nuevo, la expresión de choque en su rostro.  Se ha decidido que los niños no vean el ataúd abierto. Esperamos en el cuarto contiguo.  El niño llora incesante y pregunta una y otra vez por el regreso de su madre.  La niña le dice que no regresará mas porque esta muerta. 

Desintegración.  Bolígrafo sobre papel.  2008

Que es estar muerto? pregunta.  Ella no está segura.  El texto de Desarrollo Humano de Papalia y Olds dice que los seres humanos enfrentan y asimilan el duelo por medio de elaboraciones mentales sobre la vida ultraterrena, así que decido transmitirles lo que el padre nos explica todos los noviembres cuando es epoca de rezar la novena de las ánimas.  Que su mamá esta ahora en el purgatorio, que es un lago de fuego en el que los muertos se queman sin llegar a consumirse, y que luego de cien años la Virgen del Carmen baja con los ángeles y se lleva al cielo las almas que ya han pagado por sus culpas y han sido purificadas por el sufrimiento para estar con Dios. Si la familia manda a rezar misas a su nombre y reza novenas por su descanso, saldrá un poco antes. Esto no parece tranquilizarlos. Ensayo entonces  con lo que dice la Biblia de Jerusalén que tiene la Madre en su mesita de noche.  En realidad su madre esta en un profundo sueño de inexistencia de donde será despertada en el último día, cuando la Divinidad determine poner fin al Reino de este mundo.  Entonces, junto con todos los vivos y muertos será juzgada según sus actos, y se le permitirá vivir si es encontrada digna.  Esto parece perturbarlos más aún. La Madre me dice que es mejor que no los consuele más. 
"Pequeño hermano, pequeño hermano
no llores.
aunque llores, tu padre nos ha dejado,
se ha ido al lugar de los muertos.
protege la cabeza de los vivos,
protege al niño huérfano"
Sweet Lullaby.  Deep Forest.  1992. Sony