martes, 22 de noviembre de 2011

Compulsión

"Y así, yo vendré una noche
cuando la hora del placer suene,
hacia los tesoros de tu persona,
como un ladrón, caminando de puntillas.
Para castigar tu carne jubilosa,
para macerar tu seno intacto
y hacer en tu flanco estremecido
una herida ancha y profunda"
Charles Baudelaire. Les fleurs du mal. 1857

Onania. Mihaly Von Zichy. Grabado sobre cobre. 1911

 
Tercer ciclo. Las pasiones complejas

El primer orgasmo pronto trajo consigo un segundo, y un tercero, y una vorágine de placer y verguenza mezclados.  El baño diario, el sanitario, un arbusto denso, el camino de ida, el camino de regreso. Cualquiera es un buen lugar. Cualquiera es un buen momento.  Sólo un momento a solas.  Es imposible desprenderme.  La presencia del Hambre se hace tangible y se agiganta.   Me siento como si fuese una de las ratas con las que James Olds describió el sistema límbico (1954), y que voy a dejarme morir de cansancio e inanición con tal de seguir estimulando los centros de recompensa  

Desde la partida de Primer Hermano y la decisión de Segundo Hermano de irse a vivir con su mujer, sólo quedamos Tercer hermano y yo en el cuarto.  Actúa normalmente, como si no se hubiese dado cuenta que lo he visto durante su baño. Tal vez no me ha visto, después de todo. 

 
Campo sinuoso de deseo.  Bolígrafo sobre papel. 2010

La noche del campo es perfectamente oscura y silenciosa.  Ninguna luz entra por el postigo cerrado de la ventana.  Escucho el sonido acompasado de su respiración dormida.  Al otro lado de la pared, el sonido del sueño de las Hermanas.  El piso de madera cruje al menor movimiento.  Con infinito cuidado cruzo los dos metros que separan su cama de la mía. Un par de horas y de orgasmos después, estoy de pié a su lado.  Por su calor corporal, adivino su forma.  Despacio, me inclino y siento en mi rostro su aliento.  Extiendo mi mano hasta casi tocarlo con la palma.  Levanto un poco su frazada y rozo levemente el vello de su pierna.   De pronto, un movimiento.  Temo haberle despertado.  Sin embargo,  reanuda su leve ronquido.  Permanezco completamente inmóvil por largos minutos.  Siento el sonido de mi corazón. Luego, el largo regreso en puntas hacia mi propia cama.

"Estoy sentado en un cráter desierto,
sigo aguardando el temblor
en mi cuerpo."
Cuando pase el temblor. Soda Stereo
Nada personal. 1985.  Sony 

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