lunes, 28 de noviembre de 2011

Demencia


"Donde habite el olvido,
En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo sólo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios"
Donde habite el olvido. Luis Cernuda. 1934


El cromosoma del ojo de pez billantemente coloreado que inicia la armoniosa desintegración de la persistencia de la memoria.  Salvador Dalí.  1952-54
Oleo sobre lienzo.  Museo Dalí, San Petersburgo (Florida)

Con la Madre hemos ido a visitar a su anciana tía. Vieja casona. Tejas de barro cocido, Bahareque, guadua, revestimiento de boñiga seca,  paredes encaladas.  Hace años está en cama por una misteriosa enfermedad que primero la privó de su equilibrio, después de su audición y por último de sus recuerdos.  Idéntico padecimiento afligió primero a su madre, y a sus hermanas (exceptuando únicamente a la Madre de la Madre que murió repentinamente durante el sueño de la noche, antes de revelar los primeros síntomas).  La Bisabuela, ya casi centenaria, se aferra a la vida aún, tras largos años de sufrimiento y movilidad reducida, desde su lejano enclave en la montaña, del cual no salió nunca.  Ha pasado los últimos años al cuidado de una de sus nietas, la cual sucumbió a un cáncer terminal que no le dió oportunidades y se la llevó precipitadamente, antes de que tuviese tiempo, incluso, de asimilar su propio destino.  La Madre ha deliberado con sus parientas, y ha decidido hacerse cargo del cuidado de la Bisabuela.   El Administrador ha prestado su Jeep de la Segunda Guerra, y la han traído un domingo por la tarde.  Es muy vieja y de aspecto frágil. Piel acartonada, cruzada por profundos surcos. Cabello blanco recogido en una trenza. Ojos que miran sin ver, opacados por las cataratas, con una medialuna gris que circunda sus córneas.  
Reverberación del vacío.  Estarcido, tinta sobre papel. 2008

Ella y la gente de su generación, vieron el prístino bosque de niebla y le arrancaron sembradíos con la sola fuerza de sus brazos. Surgieron las trochas. Se irguieron las pequeñas aldeas.  La siembra. La cosecha. Los calabazos.  Las pieles de jaguar.  Lo he visto en sus ojos turbios .   La Madre me ha pedido que deje de velar su sueño.  Dice que la perturbo cuando me ve al despertar, sentado junto a su cama, mirándola fijamente.  Le ha dicho que su hijo ha vuelto para robarle los recuerdos. Su único hijo varón fué, en vida, el primer idiota de la aldea, ya muerto hace largo tiempo.  Conforme sus recuerdos desaparecen, su presencia física parece desaparecer también.  La Madre dice que la fiesta del fuego fué siempre su época favorita del año.  El Padre y los Hermanos  han construído arcos con los largos tallos del bambú.  Sobre sus nudos, las velas que se encienden en la noche. En el patio central, un pequeño cono que escupe millares de chispas coloridas de pólvora.   La Bisabuela las ha visto, y ha sonreído.  Finalmente, ha terminado por olvidar incluso su voluntad de vivir.  La mañana la ha encontrado fría y sin vida. 

The memory remains.  Metallica y Marianne Faithfull.  ReLoad. 1995.  Elektra records

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