miércoles, 27 de noviembre de 2013

In questo popoloso deserto

"Camino cegado contra un sol poniente.
Sobre mi cabeza, una tupida red de araña recorta el cielo.
Cables, postes, miles de ramas de árboles negros
y sus sombras…y sus sombras…
Sus sombras rotas. Sus sombras rotas"
De donde no se vuelve.  Alberto García-Alix.  2008

"El universo (que otros llaman la Biblioteca) se compone de un número indefinido, y tal vez infinito, de galerías hexagonales, con vastos pozos de ventilación en el medio, cercados por barandas bajísimas. Desde cualquier hexágono se ven los pisos inferiores y superiores: interminablemente."
La biblioteca de Babel.  Jorge Luis Borges. El jardín de senderos que se bifurcan.  1941

Metrópolis.  Fritz Lang.  1927. Universum Film A.G.

-Dicen que están despachando convoyes para que los que tienen gente desaparecida vayan a buscarlos a los hospitales
-¿A donde?
-No se.  A  todas partes.  Mandaron heridos a todas partes supongo
-¿Y que con eso?
-Yo quiero ir
-Si no tenemos a nadie que ir a buscar...
-Pero es gratis.  Podría ir a alguna ciudad grande y Buscar trabajo.  No voy a encontrar nada aquí.
-¿Que necesidad tiene de hacer eso?
-No creo que pueda quedarme mucho mas. El marido de ella ya no nos aguanta. Se le nota. Se le ve en la cara.  A usted la necesitan para ayudar con la bebé, que sabe de eso,  pero yo hago estorbo nada mas
-¿Y donde se va a quedar?
-No se.  Con conocidos.
-Si usted no conoce a nadie por esos sitios.
-Tengo algunos conocidos
-No conoce a nadie
-Bueno, no conozco a nadie pero ya me arreglaré.

Ha comprendido al fin que los ruegos no sirven de nada.  Me ha ayudado a empacar lo poco que puede empacarse.  Me ha hecho prometerle que la llamaré todos los días a las doce en punto al teléfono del tendero.  Me ha puesto en el bolsillo el numero, anotado en un trocito de papel, a grandes trazos.

La Madre se ha quedado del otro lado de la valla, diciendo adiós con la mano, con los ojos enrojecidos y las mejillas húmedas de lágrimas. Jamás se le vio llorar así, excepto por entonces.  El camión de transporte de tropa solo tiene dos largos butacones a lo largo de su eje longitudinal, donde los pasajeros van espalda con espalda.  Los asientos no son suficientes, sin embargo. Solo queda un espacio para estar de pie junto a la reja trasera.

-Si, perfectamente.  He llegado bien.   Y ya he cenado tambien.   Con el viaje ningún problema, todo de maravilla. El camión estuvo bien, es mas cómodo de lo que parece.   Ya tengo vistas varias ofertas.  Seguro que va a resultar algo pronto.

La estación del metro vomita un río constante de gente que se dispersa por los puentes y las aceras mientras absorbe otro río igual. los vórtices de gente giran por los amplios corredores acristalados de los centros comerciales. La marea de gente cubre las aceras y desborda los puentes peatonales.  se precipita por las puertas de la estación haciendo crujir las registradoras metálicas.  satura el aire con vibraciones de colmena enfurecida.   Se desborda por las puertas abiertas de los vagones.   Por la ventana del tren en movimiento,  pasan los cerros cubiertos de un mar de ladrillo.  Los patios traseros de las chabolas, donde la ropa se tiende a secar al sol.  El río que no es un río sino una acequia gigantesca de concreto, con agua que no es agua sino vertimientos industriales. De las aberturas sobre sus taludes de aristas afiladas, los indigentes emergen como iguanas calentándose bajo el resplandor incierto del sol.  Muchas veces E prometió traerme a este mismo lugar, a ver el espectáculo de luces que celebra cada año el solsticio invernal.  En sus fotos, el río no era una cloaca a cielo abierto, sino un paisaje mágico, delineado en cientos de kilómetros de cables iluminados y millones de bombillas eléctricas de colores. Entonces su ausencia me golpea de pronto, como una bofetada.  El estomago se encoge.  Falta aire y apenas me puedo sostener de la barra metálica.   Es difícil comprender como puede sentirse aun tan gigantesca su ausencia si fue tan poco el tiempo que le tuve.  En algún lugar de esta ciudad esta tal vez su  tumba, cubierta de césped verde y una plaquita de mármol. Tal vez en una urna sobre el anaquel de un cenizario.  Tal vez esparcido en algún lugar que le fue significativo.  En el altavoz, anuncian la siguiente estación, con su correspondiente traducción al ingles en un denso acento vernáculo.

-Buenos días.  ¿Es la oficina de recursos humanos?
-Si, dígame.
-Escuché que están contratando médicos. Es para dejar mi currículum.
-Si, claro. Nosotros lo estamos llamando
-Si, bueno.  No quisiera molestar, pero quisiera saber si hay alguna posibilidad real de que me llamen.  Es que es mi ultimo currículum y de momento no puedo sacar mas.
-La verdad nosotros no contratamos el personal directamente.  Hay una cooperativa que nos hace la intermediación. Tendría que ir directamente con ellos.  Un momento, le busco la dirección.

La ciudad se consume con un incendio invisible que deja caer sobre las cabezas de todos una lluvia de ceniza igualmente invisible, que va cubriendo la piel de una fina película de hollín. la ciudad gira lentamente sobre si misma. Alrededor de los ejes atroces de sus disonancias.

Antiprismoide truncado y ausencia.  Acrilico. Collage.  2011

Las calles se repiten a si mismas una tras otra, flanqueadas de puestos de baratijas, indistinguibles entre si..  En todos los semáforos las mismas manos ofrecen las mismas mercancías a las mismas ventanillas.  La gran catedral exhibe sus ladrillos cocidos carcomidos por cientos de cuchillos. A la sombra de todos los edificios los adictos duermen sus sueños de base de coca, y todas las aceras se manchan con sus excrementos.  A la vuelta de todas las esquinas, idénticos pordioseros piden monedas.

-¿Cuanto por un cuarto?
-Son veinticinco por la noche
-No me alcanza.  Muchas gracias.
-O diez por el rato
-¿Y cuanto es el rato?
-Hasta tres horas

Habitación pequeña.  Planta semicircular. Plataforma de concreto, coronada por un colchón que le da forma de cama.  fachada convexa hacia la calle. Ventanal con vista a un edificio. Enorme. Absurdo. Franjeado de negro y blanco. Castillo de hadas de pretensiones neogóticas varado en el centro de la ciudad.   Ducha eléctrica. Cabezal de plástico enmohecido.  Oxidado interruptor de cuchilla.  Sorprendentemente, agua tibia. Caricia de mil dedos de agua sobre el cuerpo. Minúscula pastilla de jabón en empaque individual. Peso neto 10g. Evitese el contacto con los ojos.  Pequeña toalla de bordes deshilacha dos. Algodón 94%. Poliéster 6%.  Lavar a mano con agua tibia.  No utilice blanqueador.  Manta rasposa.  Incesantes bocinas de los automóviles. Párpados pesados.  Como siempre, oscuridad perfecta. Perfecto vacío.   Entonces,  tal vez una hendidura. Una grieta en la negrura permanente del dormir sin sueño. El presentimiento de una luz maravillosa al otro lado de la grieta. Un mar. Tal vez un mar.  También lo has escuchado? Jamas estuvimos tan cerca.  Casi podría tocarse el nervio del sueño. De pronto, el timbre desgarrador del telefonillo.  Alo. Tres horas ya? si, en un momento.

En la tarjetita de cartulina,  la dirección indicada.  La nomenclatura de las calles aumenta de norte a sur y de este a oeste. Por tanto, el lugar ha de quedar en algún punto en dirección oeste sur oeste.  Caminar a través de la noche.  Hacia el silencio. La avenida de carriles incontables se pliega sobre si misma en espirales inverosímiles.   Bajo los puentes, un sembrado de piedras puntiagudas para que no duerman allí los vagos.  Los edificios de apartamentos cubren las colinas como tallos de hierba que no se mecen con la brisa.  Ceden su espacio a las bodegas industriales de enorme perfil rectangular, todas idénticas entre si.  Tal vez que me he pasado algunos kilómetros.  Hay que regresar.  Desde el este, el resplandor tímido del sol que se acerca mancha la uniformidad negra del firmamento. Ningún silencio es posible en el área metropolitana del valle de las lágrimas.


"Todo el espanto de la ciudad 
viste de rojo en la oscuridad;
 gritan las luces sobre la calle
 gime el asfalto su mala sangre.
Ciudad cansada
de abrir las piernas.
Mujer herida,
noche violenta"
Ciudad oscura.  Silvina Tabbush
Pasen y vean. 2001.  Rovi Music-AMG




"El durmió un verano a mi lado
y lleno mis días de maravillas infinitas.
Se llevó mi niñez a su paso,
pero cuando el otoño llegó, 
el ya se había ido
y yo aun sueño que volverá a mi"
I dreamed a dream.  Anne Hathaway. Les miserables. 2012



"y ahora que la evoco
hundido en mi quebranto,
las lágrimas trenzadas
se niegan a brotar,
y no tengo el consuelo
de poder llorar.
¿Porqué sus alas tan cruel quemó la vida?
¿porqué esta mueca siniestra de la suerte?
Quise abrigarla y más pudo la muerte,
¡Cómo me duele y se ahonda mi herida!"
Sus ojos se cerraron. Chavela Vargas.  Macorina. 2004. Warner
Carlos Gardel-Alfredo Le Pera. 1935





jueves, 31 de octubre de 2013

Ad marginem

"He pasado toda la noche en los andamios de los arrabales
dejándome la sangre por la escayola de los proyectos,
ayudando a los marineros a recoger las velas desgarradas.
Y estoy con las manos vacías en el rumor de la desembocadura.
No importa que cada minuto
un niño nuevo agite sus ramitos de venas"
Navidad en el Hudson.  Federico García Lorca. 1927.
Tríptico de la Epifanía.  Hieronymus Bosch
c. 1510.  Oleo sobre panel
Museo del Prado
Napoleón y los apestados de Jaffa. Antoine-Jean_Gros
Oleo sobre lienzo. 1804. Museo de Louvre


El café de la tarde.  Adrien-Henri Tanoux
Oleo sobre panel. 1888. Christie´s

Amanece al fin.  La hermana ha roto fuentes a la mitad de la noche.  Tuvo contracciones durante todo el día anterior pero no dijo nada.  Se les ha dicho de la necesidad de ir a un hospital.  Hermana se ha negado en redondo.  Teme. Las vecinas le han contado historias terribles acerca de como el par de hospitales que quedan abiertos parecen mas carnicerías que otra cosa.   La Madre ha dicho que  puedo encargarme, que para eso he estudiado.  Hermana se ha negado en redondo también, porque ha dicho que no podría con la vergüenza.   Finalmente Madre la ha traído al mundo.  Una recién nacida de tres semanas antes del tiempo.  Me la pasa envuelta en una funda de almohada.  Le he anudado el cordón con una madeja de hilo de bordar.  Un par de llantos, muy quedos.   Le he masajeado los costados con una toalla vieja, para que respire.   le he limpiado la nariz con un gotero.  Si, parece bien por ahora, pero hay que llevarla, de cualquier forma.  Ustedes saben que hay que ponerle vacunas. y tienen que certificar el nacimiento para que la puedan registrar, que si no se va a quedar sin identidad.  Que yo no puedo, que no tengo los formatos para certificar nacimientos.  esos los tienen los hospitales. Verán ustedes cuando, pero mas vale que sea pronto.  La camisa le queda grande pero es mejor así, que le va a durar mas.  Ya la bañaran mas tarde, que ahora hay que ponerla al seno, que eso ayuda a que pare el sangrado.   Hay que hacer un poco de presión sobre el útero, así, que hay que sacar los coágulos que quedan. Alguien que lleve a enterrar la placenta en un descampado antes de que vengan las moscas.

Es necesario hacer algo.  No es posible seguir viviendo por mas tiempo de pescado en conserva y misteriosos productos deshidratados.  Afortunadamente el ultimo convoy llego con donaciones de ropa de segunda.  un par de camisas. Un pantalón que me queda corto aunque se le ha soltado el dobladillo. la idea de la ropa interior de segunda no es tan afortunada, pero es preferible a la alternativa.   a pesar de salir al amanecer, el sol ya se aproxima a su cenit cuando alcanzo el borde de la zona de desastre.  Los hombres del ejercito custodian el área encintada.

-Para donde va?
-A la calle décimo quinta norte.
-el paso está restringido.
-Necesito ir a la empresa donde trabajo. Es que me deben un par de meses de sueldo y se necesitando mucho al menos algo de ese dinero.
-Documento de identidad
-base, confirmeme este numero
-Confirmado.
-Siga
Mas al norte de la novena calle la ciudad ofrece un aspecto diferente.  casi pareciera que no hubiese sucedido nada, exceptuando algunas edificaciones acordonadas que están siendo demolidas por cuadrillas de obreros y otras apuntaladas que son reparadas por otras cuadrillas, y algunos comercios cerrados. Los parterres de los jardines no han perdido su forma.  La música suave se filtra por las ventanas del estudio de pilates, y los empacadores llevan, según la costumbre, hasta los automóviles las bolsas de la compra de los clientes del supermercado. En el interior de la sucursal del banco, vibra por lo bajo la unidad de aire acondicionado.   La empleada digita en el ordenador con blancos dedos de manicura francesa.
-siguiente
-Buenos días.  Necesito retirar unos fondos
-Por el cajero automático si es menos de un millón.
-Ese es el problema.  Necesitaría hacer el retiro por ventanilla porque no tengo la tarjeta débito
-Trajo la denuncia de la perdida de la tarjeta?
-No hay donde poner denuncias. La oficina de denuncias cayó junto con el comando de policía.
-Espere mientras averiguo si autorizan. mientras tanto me trae dos fotocopias ampliadas de la cédula y me llena este formato
-para que es?
-para la expedición de la tarjeta.

En el televisor, el presidente de la república habla sobre el apoyo internacional con el cual se siente confiado de lograr la reconstrucción del tejido social en los municipios devastados.

-Si, una firma sobre esta linea y aquí. y huella de índice aquí.  Pasa a la caja dos  con este comprobante de retiro
-Pero este no es el saldo
-Ciento veinticinco mil ochocientos.  Es el saldo
-Pero si es apenas un poco mas de la mitad de lo que tenia la ultima vez
-Bueno, son tres meses atrasados de cuota de manejo de la cuenta, mas los intereses, mas lo que se cobra normalmente por el retiro, y el impuesto a las transacciones financieras mas el valor de expedición de el duplicado de la tarjeta....

La casona donde funcionaba la sede de la empresa aparece vacía.  La marquesina luminosa con el nombre ha sido removida.  por los cristales solo se ven las paredes desnudas.  En la esquina, un anciano encorvado, apoyado en un garrote de madera, cuidando que los ladrones no se lleven los radios y los espejos de los automoviles que deja estacionada la gente. Se acerca despacio, haciendo espirales con el humo de un tabaco.
-La gente de ese negocio se fue
-Hace mucho?
-La semana antes del desastre
-Y no dejaron razón de para donde?
-Nada.  Una tarde cerraron normalmente y a la mañana siguiente ya no había nada.  hicieron la mudanza en la madrugada.   las muchachas que iban con usted estuvieron haciendo guardia aquí todo el resto de la semana.  Y nada.

La casa de la enfermera queda lejos, al oeste.  algún día, cuando el chofer del camión estaba de buen humor la llevamos hasta su casa.  era esa, con la fachada pintada de un verde manzana incomprensible.   al menos la casa permanece todavía.  
-Ay, doctor. Que milagro.  ¿cuando le dieron salida?
-Hace días ya
-Nos dijeron que estaba muy grave
-Estaba, pero estoy mejor ahora.  y la familia?
-Todos bien, a Dios gracias.  Pero que susto tan jodido.¿y a que se debe la visita?
-Quería saber si usted sabe algo de los patrones
-Ah pues esa gente nos dio en la cabeza con lo que nos debían. Se echaron a perder
-Si, vengo de allá precisamente.
-Pues eso.  se echaron a perder. 
-¿Asi nada mas? no se sabe por que?
-Hubo rumores, que estaban haciendo doble facturación.  que concertaban unos precios para contratar las actividades con la alcaldía y que se gastaban una parte mínima y se embolsillaban el resto entre todos.  Nosotras estábamos allá afuera cuando llegaron los de la dirección de impuestos con la policía dizque para hacer un allanamiento pero ya no había nada que allanar. alguien les avisó.
-Pero que podemos hacer?
-Nada se puede hacer, porque ¿ante quien se pone una denuncia en medio de esta catástrofe? si ni siquiera policía hay.  es que esos desgraciados son muy de buenas que hasta la naturaleza les cubre las espaldas.
-y ¿que esta haciendo ahora?
-Estoy con la clínica X.  haciendo turnos de noche.  Es muy pesado pero al menos pagan.  usted debería ir, que están contratando. Mucha gente salio huyendo y dejó sus puestos abandonados.
Vacío policrómico. Lapiz de cera y tinta.  2011

Ante la fachada de granito abujardado se congrega la gente, buscando y esperando.   Acceso principal.  Solo personal autorizado.
-Para administración, por la fachada posterior.  Dé la vuelta a la manzana.  Segunda entrada yendo por la izquierda
El laberinto de pasillos interminables termina por fin en una puerta de imitación madera con una placa.  "Jefe de personal".
-Doctora, que tengo aquí un señor que quiere dejarle una hoja de vida.   Si.  Ok. Que siga, por favor.
La mujer detrás del escritorio habla por su teléfono móvil mientras hace un gesto de esperar con la mano.   da la vuelta en su silla giratoria mientras juega con un mechón de su cabello, concienzudamente planchado. Entonces, una mirada de reconocimiento.
-Caramba, si eres tu.  Tanto tiempo sin vernos
-Pues si, desde la graduación.  Te ves muy... Diferente
-Eso es porque me puse las tetas que tanto quería ponerme,  te acuerdas?
-Si, por supuesto.  Te quedan muy bonitas.
-Pero que ha sido de tu vida? te ves terrible.
-Estuve un poco enfermo.  Nada serio, ahora estoy muy bien.
-Y que has sabido de la gente de la universidad?
-Nada, en realidad. He perdido el contacto.  Y tu?
-Bueno, a ver: Lola esta haciendo dermatología en la capital, Mariana esta haciendo pistaría pero no recuerdo donde.  Jorge se esta presentando para ortopedia, falta ver si pasa.  Tu sabes que es un poco lento.
-Y Magdalena?
-Ella se fue del país.  No sabías?
-Algo escuché.
-Esta en un programa reconocidísimo de cirugía oncológica en Los Ángeles.  Cedars Sinai, creo. Es lo que siempre quiso hacer desde que la abuela murió de cáncer.  
-Si, lo recuerdo
-Así que te interesa trabajar con nosotros, que bien.   la verdad es que me tiene super estresada tantos huecos en los cuadros de turno que ya no se como programarlos, me caes como anillo al dedo. Y no estas trabajando ahora?
-Estaba, pero la empresa desapareció.
-Ya veo.  Y los soportes? Esta carpeta no trae los soportes.  Vamos a necesitar copia del diploma y del acta de grado y de la resolución de ejercicio y la inscripción al instituto departamental.   Y referencias.
-No tengo los originales.  Estaban dentro de la casa cuando colapsó.  Pero podría ir al hospital de mi trabajo anterior.  Allí quedaron con copia de todo.
-Lo que si no nos da espera es la póliza de responsabilidad civil extracontractual.  Esa si tienes que sacarla ya.  Esta es la tarjeta de la aseguradora con la que trabajamos.  Hilda, acompañe al doctor a sistemas y que le den inducción del manejo del software.  Y le dice al Doctor P. que le muestre todo lo del servicio.  Y me trae un café, pero esta vez si se acuerda de traerlo sin azúcar.   Me encanta verte, espero entonces a que me traigas la póliza y firmamos el contrato. El resto me lo vas trayendo esta semana.

-Dr. que manda decir la doctora que le muestre aquí al señor todo lo del servicio porque va a empezar a trabajar con nosotros.  Ya estuvo en sistemas y en almacén.   ahí se lo dejo.

El ceño del Dr. P se contrae y sus párpado se abren en un gesto de sorpresa.
-Caramba, me alegro de verlo tan...Recuperado
-¿Perdón?
-Yo estaba el día que lo llevaron a la otra clínica. También hago turnos allá.   Su mamá estaba preocupadísima. Todos pensamos que no iba a salir.
-Bueno, pues ya ve
-Y cuando empieza?
-No se, creo que mañana.  Apenas se firme el contrato.
-Que bueno, que bueno.   Vamos entonces para que conozca todo
...
La señorita Hilda dice que la Doctora no se encuentra, aunque el murmullo de su charla al teléfono se puede escuchar al fondo.
-Es para ver si me pueden dar un poco mas de plazo con lo de la póliza.  Con lo que tengo no me alcanza para pagar lo que cobran y no ofrecen ninguna financiación.   Tal vez si me dieran espera hasta la primera quincena...
-Lo que pasa es que la Doctora dejó dicho que le da mucha pena con usted, pero que los médicos que faltaban ya regresaron a sus puestos y que lamentablemente ya no vamos a necesitar de sus servicios
-Entiendo.   Gracias
-En todo caso aquí nos queda su hoja de vida. Si se presenta una vacante lo tendremos en cuenta.
...

En los pasillos del supermercado las pirámides de fruta cuidadosamente apiladas despliegan sus colores maravillosos y exhalan su fragancia. El pan ha duplicado el precio.  La carne ha cuadruplicado. Tarjeta de cliente preferencial? Una donación para la fundación que apoya a los niños con parálisis cerebral? por diez mil pesos mas en compras participa en la rifa del automóvil. Desea redondear?   Es muy poco lo que puede llevarse en una bolsa de compra que pesa muy poco.  

Los lienzos que cubren los parasoles gigantes del café tiemblan con el viento. Los camareros atienden las mesas con sus largos delantales blanquisimos atados a la cintura.   De pronto, el impulso repentino de probar el lujo esplendido de un café de verdad.  Las mesas tienen manteles, y las servilletas son de tela.  A un par de mesas, sobre el alto espaldar del sillón, asoma la melena concienzudamente planchada de la Doctora.
-Que bueno que me advertiste a tiempo.  Por poco lo contrato
-Es que es una desvergüenza.  Una persona con SIDA pretender ponerse a trabajar con pacientes
-Y ¿Esta confirmado? ¿Tu viste los resultados?
-Bueno, la historia clínica no la vi directamente porque no era mi paciente, pero sé que se le ordenaron las pruebas.
-En todo caso no me sorprende.  En la universidad todos decían que era rarito.  Y ya se sabe como termina esa gente.

La conversación animada se mantiene  bajo las luces tenues de la araña de gemas plásticas. Risas ruidosas. Altavoces invisibles cantan los acordes imperceptibles de Las Estaciones.
-El café mejor me lo pone para llevar, si me hace el favor.




"Es un mundo cruel, cruel,
que enfrentar por tu cuenta.
Una cruz pesada
que cargar solo.
Las luces están encendidas
pero todos se han ido,
y es cruel."
Heavy Cross.  Gossip
Music for men. 2009.  Columbia Records


"Todo el mundo que he visto antes
va pasando.
No me queda nada que ganar,
nada que perder.
A ti no te importa como me siento.
Y yo ya no me siento así."
ATWA.  System of a Down
Toxicity. 2001. American Recordings


"Hey,
Conozco unos cuentos,
Sobre el futuro,
Hey,
El tiempo en que los aprendi,
Fue mas seguro"
El baile de los que sobran. Los prisioneros
Pateando piedras.  1986. EMI Odeon

jueves, 12 de septiembre de 2013

Zona muerta

"Notaron también que sobrellevaba la muerte con altivez, pues no tenía el semblante solitario de los otros ahogados del mar, ni tampoco la catadura sórdida y menesterosa de los ahogados fluviales"
El ahogado mas hermoso del mundo.   Gabriel Garcia Marquez.  1968

"He fluido tan lejos
del fermentado mosto de mi sangre,
y siempre en mi el resonar.
Cuando, terrible, hacia el este
los pétreos huesos carcomidos,
mi pueblo,
claman a Dios"
Mein Volk.  Else Lasker-Schüler.  1902

"Todos nos tendían la mano. Habían bajado desde las sombrías montañas y desde las alturas a tender las manos hacia algo que pensaban que podía ofrecerles la civilización sin imaginarse la tristeza y pobreza y decepción de esta."
On the road.  Jack Kerouac.  1957.  


The safety zone.  Jim Ferringer
Fotografía y manipulación digital.  
The Naked Man Project.   Billy Hertz gallery

La noche termina de pasar muy despacio, negando el paso obstinadamente a al primera luz.   Queda muy poco de comer.  No ha sido posible racionar mucho, dado que sin electricidad lo que había en el refrigerador se echaría a perder en poco tiempo.  Un poco de carne que la Madre ha cubierto de sal en un recipiente plástico.  Un poco de harina de maíz.  Un poco de sustituto de café. Un par de cubos de caldo de gallina.   Casi nada de agua en el tanque de reserva.   Un cubo de agua recogido de la lluvia de la ultima tarde.   A lo lejos, detrás de la hondonada, bajo el guadual en movimiento perpetuo, se escucha una corriente de agua.  Sucia, probablemente, pero podría servir si se hierve un poco.  Queda poco gas en la bombona pero la Madre ha encendido ya un fuego con madera seca, en la terraza.   Hermana ha dicho con aspecto grave que durante la noche y el amanecer  no ha sentido los usuales movimientos energéticos del no nacido.  Aplicando el oído al vientre abultado se puede escuchar el palpitar acelerado del corazon fetal.  Vive. No hace falta alarmarse.  El marido ha regresado.  Los rumores de que un camión de la Cruz Roja iba a venir para distribuir ayudas era cierto.  Sin embargo, la multitud ha decidido no esperar a la distribución.   El marido ha llegado demasiado tarde.  Solo ha visto la carcasa incinerada que quedaba del camión vació.   Golpes en la puerta.  Un hombre.  Alto y voluminoso. Ancho bigote.  Sangre seca sobre su cara.  De la conversión se infiere que es el tendero del barrio.  Anoche irrumpieron en su casa.   Un golpe en la crisma con la cacha del revolver.   Ha ido a lo que queda del hospital  para que lo remienden, pero se ha vuelto sin esperar.  Los heridos mueren por los patios como moscas. Las enfermeras corren bajo los plásticos, suturando heridas sin desinfectar, con los cabos de hilo sobrantes de heridos anteriores.   Los vecinos han dicho que soy enfermero o algo por el estilo.  Tal vez podría yo colocarle uno o dos puntos.   No importa si no hay hilo de sutura, que el tiene un poco de hilo de pescar.  No importa que no haya aguja de sutura, que con una de coser sirve.  No importa que no haya anestesia tampoco, que el se sabe aguantar.   El cuero cabelludo se ha abierto.  Una costra negra, húmeda, rezuma un poco de sangre.  Café molido.  Y telarañas.  Las vecinas dicen que el café molido con telarañas es bueno para parar la hemorragia.  No es bueno  creer en todo lo que dice la gente.  Cuesta retirar toda la suciedad adherida.   Un periódico viejo para no manchar el piso.  Las heridas del cuero cabelludo siempre sangran mucho, vera usted.  Es porque tiene muchos vasos sanguíneos.   El recio cuero cabelludo hace difícil pasar la aguja de lado a lado. Las manos no tienen fuerza suficiente.  Un nudo. Una tijera para cortar el hilo.  Muchas gracias, pero el dinero no sirve de nada en estas circunstancias.  No hay ningún lugar abierto en el que pudiéramos comprar algo, usted sabe.   Alguna cosa de comer, tal vez.  Ella ya tiene bien avanzado el embarazo y necesita.  Los vándalos, por supuesto, no habrán dejado mucho.   Una lata de sardinas en salsa de tomate.  Eso será suficiente.  

Al vacío. Tinta sobre papel.  2007

Un grupo de gente hace corrillo al pie de la carretera polvorienta.  Un cadáver desplegado sobre el cercado.  Alguno de los saqueadores, que lograron cargarse.  Los demás escaparon.   Se discute sobre la si se habrá de bajarlo y llevarlo a enterrar en las fosas comunes o se ha de dejar alli para advertencia de sus compañeros cuando regresen.   Un hombre joven.   Torso desnudo. Pantalón de deporte recortado a la altura de las rodillas.  Un solo zapato. Un escapulario atado al tobillo.   Un arma de carga múltiple, una escopeta tal vez, ha regado con oscuras y sangrientas manchas de pólvora el dorado perfecto de su pecho. Sus largos miembros enredados en el alambre de púa, marcados con tatuajes de letras de trazado grueso y caligrafía torcida. Perfil indudablemente hermoso, de facciones duras.  Sus ojos entrecerrados parecen mirar con insolencia.

No podemos quedarnos a esperar aquí.   No dejaran pasar ninguna ayuda hacia este lado de la gran avenida.  Los rumores dicen que el ejercito ha logrado hacerse de nuevo con el control de los restos del centro de la ciudad. Allí tal vez estén repartiendo algo.  Al este.   Del este viene la nausea intolerable.  Los buitres circundan las corrientes térmicas, en la coreografía levisima de sus orbitas intersectantes.  Ellos también lo han percibido.  La materia orgánica, muerta y sepultada bajo mil techos colapsados, bajo el sol tibio de la mañana, decarboxila lentamente sus aminoácidos y el viento se satura de las huellas de su putrefacción. La Madre no lo ha percibido todavía. Hay que ir al este.

Lo que queda del centro de la ciudad es difícilmente reconocible.   En la única calzada despejada de escombros de la gran autopista, un camión. Seis ejes. Lona negra ajada.  Los hombres del ejercito, con sus uniformes camuflados y sus fusiles cruzados sobre sus vientres gritan ordenes a la multitud  para que se mantengan en fila.   Larga espera.  La Madre lo ha percibido ya.  Estamos rodeados por el olor de la muerte que roe nuestros nervios.  El hombre adentro del camión avienta paquetes idénticos, envueltos en plastico,
 a la multitud que extiende las manos.  Hay que regresar.  Pero, ¿Que hay en el paquete?  RACIÓN DE CAMPAÑA LISTA PARA CONSUMIR. CODIGO DE LA NORMA TECNICA NTMD-0065 Rectángulos de envoltura metalizada.  Para consumo de  los miembros de las Fuerzas Militares y la Policía Nacional, cuando las circunstancias no permiten el suministro de la ración de alimento normal. TORTA DE BANANO. 150grs.  Empacado al vacío.  ALIMENTO FORTIFICADO Y GRANULADO.  25 grs. Despues de abierto consumase en el menos tiempo posible. TAMAL. 100 grs.  Alimento deshidratado.  ESTOFADO DE CARNE.  150gsrs.  Esterilizado en bolsa flexible termosellada.  La barra de carne deshidratada tiene una consistencia similar a un turron reblandecido y un sabor vago a sal y plástico.  
-¿Esto es lo que comen los soldados?
-Cuando van a pelear a la selva
-Pensé que comian animales que cazaban ellos mismos
-No, porque encender un fuego les daría al enemigo su posicion.
-¿Así que viven de esto?
-No.  Solo es para no morir


"vete sigiloso por la carretera 
no hagas mucho ruido, porque alguien te espera.
cuida tus palabras o cierra la boca 
que es mejor callado que estar bajo tierra
Porque en la zona
todo esta que estalla
y si no te cuidas alguien te disparara"

En la zona.  Ilona
Desde mi ventana. 2005
EMI Europe Generic


viernes, 5 de julio de 2013

Ctrl+alt+supr

"En todas las habitaciones viene un día en que el hombre
se despelleja vivo
En que cae de rodillas, que pide piedad
Que balbucea y se vuelca como un vaso
Y padece el suplicio espantoso del tiempo
Derviche lento es redondo el tiempo que gira sobre sí mismo
Que mira con ojo circular
El descuartizamiento de su destino
Y el pequeño ruido de angustia antes de las horas,

Antes de las medias
No sé nunca si eso va a sonar por mi muerte
Todas las habitaciones son habitaciones de justicia
Aquí conozco mi medida y el espejo
No me perdona"


Todas las habitaciones de mi vida.  Louis Aragon.  Tiempo de morir. 1965

"Me encanta Dios. Es un viejo magnífico que no se toma en serio. A él le gusta jugar y juega, y a veces se le pasa la mano y nos rompe una pierna o nos aplasta definitivamente. Pero esto sucede porque es un poco cegatón y bastante torpe con las manos."
Me encanta Dios.  Jaime Sabines.  Adán y Eva.  1952


Desastre del Val di Noto.  Autor anónimo.  1693
Grabado en cobre.  Colección privada de Jan Kozák.  

Dulle Griet saqueando el infierno. 
Oleo sobre madera
Museo Mayer van den Bergh

-Por favor suba a la báscula.  Necesitamos el peso actual para calcular la dosis de los antibióticos
-Habrá cambio de antibióticos de nuevo?
Cuesta sostenerme en pie.   La aguja de la báscula oscila irregularmente sobre el disco. 
-Ya la situación se ha estabilizado lo bastante como para poder cambiar a antibióticos orales.  Estará mas seguro en casa que aquí. En los hospitales se puede pescar una infección a cualquier momento.  39 kg
-Es casi la mitad de lo que pesaba antes de que todo esto empezara.
-Si, por eso es que tenemos que calcular las dosis por kilogramo de peso. A lo pediátrico. La enfermera de domiciliarios pasará en tres días por su casa para ver como va.  Hay que pedir cita de control para dentro de una semana.  Trate de salir lo menos posible y de restringir las visitas. Una infección oportunista es lo último que necesita en este momento.   Ahora a facturación y que les autoricen el alta.  
El cielo del medio día es abrumadoramente brillante después de tanto tiempo a la sombra.   El taxi avanza laboriosamente a través del embotellamiento de la hora de almuerzo.   Los pocos peldaños hacia la puerta de entrada de la vieja casa se agigantan, como el ascenso a una cumbre.  La Madre remueve los trastos en la cocina.  
-Le sirvo ya?
-No tengo hambre ahora.   Mas bien, si me ayuda a bajar al sótano para deshacer la maleta...  
-¿Porque no se queda mas bien aquí arriba? La pieza es lo bastante grande para los dos.
-Ya estoy acostumbrado a alla abajo.  ¿Por que no está el bebé?
-Su hermana habló con la otra abuela para que lo cuide.  Los niños a toda hora mantienen resfriándose y no es bueno que le peguen un resfriado a usted así como está.  
-¿Y mi perra?
-La están cuidando.  Aquí no había quien la cuidara. Además tampoco me parece que sea bueno tener animales aquí ahora.
-¿Donde la tienen?
-En el campo.  
-Es decir...
-No, no donde su papá.  Donde otra gente.  La están cuidando bien.  

La diminuta ventana del sótano muestra, como siempre, la hondonada donde los tugurios se apiñan como hongos que brotan sobre un tronco muerto, mas numerosos de lo que recordaba de la última vez.  Sus plásticos negros se mecen al viento junto con las verdes hojas de las plataneras.  La Madre desempaca de la maleta pijamas sucios.  En un jirón de cielo entre las nubes blancas, un fragmento moteado de arcoiris, sin ninguna lluvia.  Algo en el aire.  Una sensación   de inquietud.  Tal vez un ruido. ¿De donde viene?.  De todas partes.  Pero no un ruido.  Un resonar, tal vez.  Una vibración en el cráneo.  
-¿Escucha usted algo, Madre?
-No. La algarabía de los autobuses allá en la estación, pero nada mas.  
Un sonido, definitivamente.  Imperceptible pero punzante.  Frecuencia por debajo de 20 hercios, probablemente.   De todas partes y de ninguna. Desde abajo.  
-Vámonos. 
-Pero falta ropa por desempacar. Se siente mal?
-No.  Si.  Algo sucede.  Tenemos que irnos. 
La vibración crece y se convierte en una onda monstruosa que levanta y deprime el suelo bajo nuestros pies.  La casa entera vibra con su resonancia.  Es imposible mantenerse en pie.  Hincados, juntos, la Madre me abraza apretadamente.  Su corazón palpita con fuerza. Atropelladamente musita imploraciones a la divinidad.   El sonido ahora es un rugido que nos envuelve.  El suelo continúa revolviéndose con furia, horizontal y verticalmente.   Seguramente ha pasado más de un minuto, pero no parece detenerse.  El aire se oscurece.  La plancha de hormigón deja caer por sus grietas pequeños chorros de arena sobre nuestras cabezas.   Finalmente, el silencio. Sabor a ladrillo molido y una densa atmósfera de polvo. 
-¿Ya se termino?
-Si, eso parece, pero tenemos que salir.  Las réplicas son comunes después de los terremotos y la estructura no parece que vaya a resistir otro movimiento.   
Ninguna salida.   La escalera interior ha quedado enterrada bajo los escombros de la planta principal.  Por la pequeña ventana, en lugar del panorama de casuchas y matorrales, un amasijo de arcilla amarilla y plásticos y madera, y la cavidad desnuda del talud desprendido en lo que fue una colina.   Demasiado pequeña ventana, sellada con barrotes, no podremos salir por ahí tampoco.  Grieta en la pared lateral,  por la que puede verse el patio trasero de la casa contigua.  Si pudiéramos hacer palanca con algo.  Desprender algunos ladrillos. El travesaño de la cama es demasiado grueso y no encaja dentro de la grieta.  Las fuerzas son insuficientes.   

Un tiempo largo, indefinible.  Tal vez una hora.  Tal vez tres.  Las sombras han declinado algunos grados, siguiendo el recorrido lento del sol.  Voces.  Ruidos en la pared. El golpear de una maza.  Luz llenando la habitación.  Los rayos de sol pintan de dorado las partículas de polvo que vuelan delicadamente en el aire.  El vecino, con sus manos grandes arranca trozos de pared hasta formar un agujero lo suficientemente grande por el que escapar.  La casa de al lado persiste, aunque su tejado ha sido desparramado sobre el interior en un abanico de vigas y tejas de barro rotas.  Finalmente la calle.  Las casas de la cuadra se han fundido en una masa única de despojos.  Al este, el horizonte del centro de la ciudad esta borrado por una nube suavemente convexa,  blanca y lisa como el dorso de una seta.  La nube de la implosión de diez mil edificios.  Hay que buscar un lugar abierto.  El patio de juegos de la escuela próxima, tal vez.    

El lugar está abarrotado.  Algunas mujeres soplan sobre un fogón improvisado con algunos ladrillos, algunos maderos y una olla abollada.  Algo de café que hierve.   Una hilera de cadáveres en el extremo de la cancha de baloncesto, cubiertos con mortajas improvisadas.  La gente deambula con una expresión de perplejidad igual en todos los rostros, similar a la de alguien que es despertado en la mitad de un sueño profundo y trata de buscar algo que no recuerda que es.  Ninguna lágrima.  Nadie llora.   La niña pequeña de la mujer que pedía limosna en el semáforo, yace tendida en el concreto de la cancha. Hundimiento del hueso frontal derecho.  Un hilillo de sangre en el oído. Ojos abiertos, córneas turbias.  Ya no se acercará nunca más a los autos cuando les toca la luz roja. 
-¿Y esta muchachita?  ¿Porqué la han dejado así, sin cubrir ni nada?
-Mija, no sé.  Cuando yo llegué ya estaba.  Dicen que a la mama se la llevaron descalabrada a que la cosieran en el hospital. Y a ella la dejaron aquí, junto a los otros.  
Los párpados han empezado a ponerse rígidos.  Cuesta un poco cerrarlos.  La Madre busca en los bolsillos.  Un pañuelo para la mandíbula.  Un nudo sobre los cabellos revueltos de la coronilla.  
-Hay que amarrar, o si no la boca se les queda así, abierta.   
La Madre y la otra mujer se alejan por lo que era la calle.  De lo que había sido la casa, tratan de sacar algo a tirones por entre el enrejado. Regresan con la mayor parte de la cortina floreada que cubría la ventana. 
-Hay que cubrirlos, o si no van a venir las moscas.   
Un viejo radio de pilas da entrecortadas las noticias y la gente lo escucha en círculo.  En silencio. "Seis punto dos grados en la escala de Richter.  El estado de emergencia ha sido declarado en veintiocho municipios, sin embargo, la mayor destrucción se concentra en la ciudad de Armenia. Epicentro estimado hacia los 4.41º Norte de latitud y 75.72º de longitud oeste, en inmediaciones del municipio de Córdoba.  Pánico generalizado.  Sobrevuelos iniciales mostraron daños considerables a la mayor parte de las estructuras.  Destrucción casi completa de la zona céntrica y el sur.  Zona norte relativamente indemne, salvo algunas excepciones.  Sin embargo el espacio aéreo se encuentra actualmente restringido.  No existe aun recuento de muertos y heridos.  Las comunicaciones se encuentras cortadas por completo. Las principales vías de acceso se encuentran bloqueadas."   

Ruptura espontanea de simetría.   Tinta sobre papel.  2009

Algunos hombres llegan con cargas pesadas a la espalda, que dejan en un salón de clases convertido en bodega.  Un refrigerador, aún con el cartel que anuncia que está rebajado, pegado sobre su puerta.  Un televisor nuevo, empacado en su caja de cartón.  
-No podemos quedarnos aquí.   Hay muchos muertos.  Se puede enfermar. También hay gente mala.  Están robando en el centro y lo traen todo aquí
-Yo quiero ir al hospital.
-¿Se siente mal?
-No.  A ayudar.  Seguramente podría ayudar en algo.
-Así como está lo único que haría sería ponerlos a atender un enfermo más.  
-Ayúdeme a llegar
-Ya sabe que le dijeron que no puede exponerse.  Mas bien vayámonos.
-¿A donde?
-A casa de La Niña.  Dicen que hacia ese lado la ciudad no quedo tan destruida.  
-Pero usted sabe que el esposo de ella no nos quiere.  Especialmente a usted.
-Nadie quiere a la suegra, eso no es ninguna novedad.  Pero la familia política es familia de todas maneras.  Nos tendremos que acomodar.  

Ningún auto pasa por la autopista, que ha quedado impracticable por los escombros.  Todas las vías son impracticables.   La mujer loca de los perros, que vive en la calle, sacude con cuidado el pelaje de un perro muerto mientras el resto de la manada mira con gravedad, echados sobre sus panzas, como una avenida de esfinges.  El taller de bicicletas sigue mayormente en pie, vaciado de sus contenidos, ennegrecido por el humo, igual que la peluquería.  La gran cortina metálica del supermercado ha sido doblada y parcialmente arrancada.   Algunos granos de arroz y algunas lentejas pisoteadas en la entrada.  Cajas y bolsas vacías.  Nada mas.  El avance es lento y los pasos pesan.  La mitad izquierda de un edificio de apartamentos ha colapsado en un montón de escombros, mientras la mitad derecha se sostiene, como una casa de muñecas abierta.  La mitad de una sala con sus muebles y sus cuadros colgados en la pared.  La mitad de un cuarto con una cama precariamente al borde.  Una tubería rota de la que brota un surtidor de agua. Un sorbo.   Un momento.  La gente pasa con su cara de desconcierto.  Una pila de cascotes y bloques de concreto ocultan parcialmente un auto amarillo.  Un taxi tal vez.  De una ventanilla asoma una mano de hombre.  Rígida, fría, sin pulso, manchada de sangre. Nos alejamos.  Alguien se acerca y desabrocha el reloj de su muñeca.   La turba lanza ladrillos contra las vidrieras del único almacén de zapatos que aun conserva sus vidrieras y empaca en sacos todos los zapatos que pueden agarrar sin importar que en la vitrina haya únicamente zapatos para pie izquierdo.  

La gran iglesia de piedra se mantiene de pie en medio de un mar de fragmentos.  En otro tiempo estuve aquí, el dia de la ceremonia. Encendí una vela.  Las golondrinas volaban por el alto techo de la nave central.  Ahora vuelan hacia el cielo por el transepto vencido.  El cielo se enrojece mientras el sol se aproxima al horizonte. En el aire quieto, el olor aun leve de la corrupción de la carne.  La gente continua avanzando, como ejercito de hormigas, con sus cargas a la espalda.  Entonces, de nuevo la vibración.  De nuevo el ruido terrible. De nuevo la nube de polvo. La corteza terrestre se reacomoda pesadamente alrededor del área de la falla.  Algunas paredes que aun se resistían a caer terminan cayendo.   El suelo retorna poco a poco a su estado inmóvil, y la gente parece despertar y hay una lagrima en todos los ojos.  

La noche cae y en ausencia de electricidad, la oscuridad sobre la ciudad es completa. Ninguna luz, excepto lo poco que queda de la luna en menguante, y un millón de estrellas.   El barrio, efectivamente ha sido preservado de la peor parte de la destrucción.   Casa pequeña, de ladrillos desnudos. Una sola vela encendida. Cuarta Hermana parece contenta de vernos y abraza a la Madre largamente. La Madre acaricia su vientre redondo, pequeño todavía  y le pregunta por el hijo que viene.  El marido, como era previsto, no parece contento. Sin embargo, en contra de las expectativas, se ha ahorrado sus comentarios.  Un poco de caldo de pollo.  Algo de leche.   Algo de conversación.  No me apetece ninguna de las tres cosas.  Golpes en la puerta.  Voces.  El hombre habla con ellos afuera del umbral. Tono de alarma.  Entra al cuarto y busca su machete debajo de la cama.  Cuarta Hermana le detiene, y su voz se quiebra. 
-¿Para donde va?
-A la calle
-¿A que?
-A hacer la ronda.  Los saqueadores pueden venir.  Dicen que van casa por casa, entrando a la fuerza.
-Seria mejor llamar a la policía.
-No hay policía.  La estacion central se derrumbo.  Los que quedaron vivos se fueron para alla a sacar a los muertos.  La estacion de bomberos tambien se cayo, pero de esos no quedo ninguno vivo.
-¿Y el ejercito?
-Al batallon no le paso nada, pero estan es patrullando el norte, las casas de los ricos.  Hicieron un perímetro sobre la calle novena.  Al sur de ahi estamos por nuestra propia cuenta.  Tranque la puerta y la ventana bien, por dentro y no le abran a nadie.   

Las voces se alejan por la calle.  Hay que apagar la vela.  Hay que tratar de dormir aunque sabemos que no va a ser posible. 

Sobre el techo, en los tendederos aun se agita la ropa seca, mecida por el viento.   El paisaje es uniformemente negro, con la excepción de algunas fogatas encendidas a la distancia.  La Madre llama.  Hay que evitar el frío de la noche.
-¿Vio algo?
-No se ve nada en particular.  Escuche ruidos.
-¿Que ruidos?
-Disparos.  Tres.  Hacia el este.  



"Gime el viento en los aleros, 
desmorónanse las tapias, 
y en sus puertas cabecean combatidas por el viento las acacias, 
combatidas por el viento las acacias.
Dolorido... fatigado de este viaje de la vida, 
he pasado por las puertas de mi estancia, 
y una historia me contaron las acacias: 
Todo ha muerto: la alegría y el bullicio, 
los que fueron la alegría y el calor de aquella casa,
se marcharon unos muertos y otros vivos que tenían muerta el alma, 
se marcharon para siempre de la casa"
Las Acacias. Rodrigo Silva y Alvaro Villalba.  
Música: Jorge Molina Cano. 1916






- ¿Dónde están?
- ¿Quiénes? ¿Quiénes?
- Los hombres...
- No sé. Mira, copos de ceniza...
¡Copos de ceniza... ceniza... ceniza...!
- Han volado todos...
- ¿A dónde, a dónde?
- No sé. Construyamos un nido.
Sí, un nido, un nido.
- Pero... ¿Dónde?
¿Dónde, dónde, dónde, dónde, dónde...?
Las voces de los pájaros de Hiroshima.  
Traducción: Manuel Serrano Pérez
Música: Horacio Guarany


"Y Lloraban Las Mujeres, 
Y Los Hombres Maldecian, 
Pero Solo Era El Lamento, 
Del Chicago Que Moria"
La noche de Chicago.  Mirla Castellanos
Basado en "The night Chigago died" de Paper Lace. 1974




sábado, 18 de mayo de 2013

Stabat mater dolorosa

"Amigo,
levántate para que oigas aullar
al perro asirio.
Las tres ninfas del cáncer han estado bailando,
hijo mío.
Trajeron unas montañas de lacre rojo
y unas sábanas duras donde estaba el cáncer dormido"
Paisaje con dos tumbas y un perro asirio
Federico García Lorca.  Poeta en Nueva York.  1930
Madre migrante.  Dorothea Lange.
Fotografía.  1936

-Esta es una empresa privada.  Hacemos brigadas de salud y la alcaldía subcontrata con nosotros.  Aquí pagamos por evento.  No se maneja salario base.  A veces se programan dos actividades a la semana.  A veces tres.  Sólo de lunes a viernes.  Se paga horas trabajadas.  No pagamos aquí, se tiene que entender con una cooperativa en el centro, que es la que maneja la nómina. Seguridad social tampoco se paga, debe pagarla usted y traernos las copias de las planillas de pago antes del cinco de cada mes.   Está conforme?
-Si, doctor
-Bien.  La secretaria le pasa los formularios que debe llenar.  Mañana tenemos actividad.  Se sale a las 7 am de aqui.  Va con  el conductor del camion y dos auxiliares de enfermería. Una para el control de peso y talla de los niños y la otra para la actividad de higiene oral y la toma de citologías.
-A donde vamos?
-Es una actividad de la alcaldía. Ayuda a los indigentes o algo así.  No tengo la locación ahora, el conductor le informará mañana.

...
El aire de la mañana se satura con el olor del café que la Madre hierve sobre la hornilla. 
-Me alegra que haya conseguido un nuevo trabajo. 
-No es gran cosa.  Apenas algunas horas a la semana, a la mitad del precio normal pero de algo ha de servir. 
-Pero pienso que debería quedarse aquí, en la casa, descansando.  Ese tratamiento es muy duro y lo deja sin fuerzas ni para sostenerse en pie.  Apenas son ocho días del último ciclo, y hace ya muchos días que no puede retener nada en el estómago.   No es momento para trabajar ahora.
-Ya sé, pero hace falta.  Hay que completar las semanas de cotización que me faltan ante la aseguradora o deberé reembolsarles los costos.  Es lo que dijo el fallo del juzgado.  Al menos sirvió para que iniciaran el tratamiento. 


Poco a poco se sube la carga al viejo camión.   Una camilla, que pesa más de lo que parece. Una lámpara de cuello flexible. Una báscula de baño. Un tallímetro de pared.  Algunas cestas plásticas. Un par de enfermeras flacas y pequeñitas, en uniformes blancos un poco pequeños aun para ellas.  Estamos listos.  Un parque abandonado a las afueras de la ciudad, decorado con vallas y banderines de la administración municipal.  Detrás de un kiosco algunos operarios bañan a docenas de vagabundos con una manguera de calubre grueso. Luego se arremolinan alrededor de algunas señoras de aspecto elegante que reparten ropa de segunda, y chocolate caliente y pan.   Los fotógrafos de la prensa toman instantáneas. 

-Dicen que nos podemos hacer en esta carpa.   Los que estén enfermos pasan a consulta.  Se les revisa y se les hace una fórmula.
-¿Y los medicamentos? ¿Trajimos medicamentos?
-No.  Nosotros no manejamos eso.   Solo nos dieron unos cepillos de dientes para regalarles y ya. 
-¿Entonces a donde les digo que deben ir a reclamarlos?
-No sé, de pronto decirles que vayan a la secretaría de salud.   Aunque yo de usted mas bien les diría que traten de comprárselos. 
-Pero si son indigentes. ¿Como van a comprar nada?  Entonces, ¿cual  es el objeto de todo esto?
-Ni idea.  En todo caso, lo mejor es que empecemos pronto a ver si completamos las metas, para ver si este mes si nos pagan y no nos lo quedan debiendo junto con el anterior. 
El camión recorre a diario un paisaje distinto de la entraña oscura de la ciudad.  Casuchas a la vera del río. Campamentos improvisados en las vías abandonadas del ferrocarril.   Hileras interminables de nichos excavados bajo las barandas de la autopista.  Campos enormes de cubículos de adobe del tamaño de una sala de estar, diseñados como casas para familias de cuatro, donde viven ocho.  O diez. O doce.   Informe semanal.   Enfermedad parasitaria intestinal no especificada.  B89X.  Desnutrición proteico-calórica no especificada.  E46X.  Pediculosis de la cabeza.  B850.  Sarna sarcóptica.  Ese no lo recuerdo.  ¿Hay cuaderno de códigos aqui? No, así no aparece.  Plan de acción: Antihelmínticos.  Antiprotozoarios.  Escabicidas. Higiene. Acceso a agua potable. saneamiento ambiental.  Alimentación rica en proteínas.  Por supuesto, si tienen hambre, pues que coman.  Qu'ils mangent de la brioche. No parece mucho un plan.  Ya sabíamos que tíenen hambre desde antes de venir.  Ellos también saben que tiene hambre, no necesitan que nadie les haga ese diagnóstico. 

El camión rueda sobre la carretera destartalada, hacia el oriente, haciendo vibrar todos sus contenidos en cada bache.   Se detiene al fin en un recodo.  El chofer se apea y con el índice señala la cima del cerro a nuestras espaldas. 
-Allá es a donde van.
-¿Y usted?  ¿No nos ayuda con las cosas?
-No, si dejo solo esto aquí cuando vuelva no encuentro ni la carrocería.
Un camino de gradas excavadas precariamente en el lodo asciende por la ladera del cerro.  La camilla de examen pesa como un féretro.    Los tallos gigantes del bambú se mecen con el viento dejando caer las gruesas gotas atrapadas durante la lluvia reciente.  Una eternidad después, la cima del cerro muestra un océano de niebla que cubre la carretera y el valle donde se supone que se vería la ciudad.  Zumbido en los oídos.  El aire falta.  Ranchos de madera y plastico y hojalata se agolpan en las hendiduras del terreno.
-Está todo pálido.  ¿Necesita algo?
-Un baño
-A vomitar otra vez?
-Si
-Pues toca que vaya por allí detras de esos arbolitos.  Baños no va a conseguir, si por aqui no existe el alcantarillado. 

Las arcadas son inútiles.  No queda contenido gástrico que expulsar.  Sólo la espuma rosada que sale con cada acceso de tos, cada vez mas fuerte.  El horizonte gira. El mundo se oscurece y la memoria se disuelve.  

Nube de anclas. Lápiz sobre papel.  2008 

Noche sin estrellas. Páramo desolado.   Oscuridad completa iluminada únicamente por los cien ojos rojos de la criatura.   Apéndices prensiles que hurgan bajo la carne, dolorosamente.  De entre su masa incierta y temblorosa, surge monótona una recitación. 
"Hay un puente entre el tiempo y la eternidad.
este puente es el espíritu del hombre.
Ni el día ni la noche cruzan este puente,
ni la edad, ni la muerte, ni la pena"
-Sueña.  
-Jamás nos aceptará como uno de los suyos.
-Tendrá que, ya que compartes su sufrimiento.

En medio del vacío terrible, una voz conocida.  la voz de Madre, que me llama.  El vacío se condensa en paredes blancas alrededor de mi.  Los cien ojos de la criatura en las luces parpadeantes de la bomba de infusión, con su alarma sonora que nunca se apaga.  Los apéndices en tubos plásticos que taladran la piel, sellados con trozoa se esparadrapo rotulado.  La mano de la madre sostiene la mía. 
La Madre no llora nunca.  La Madre no duerme nunca.  La Madre pasa las horas en vela.   Buscando con sus ojos hinchados en su libro de bolsillo el sentido de la existencia  humana y la naturaleza divina.  La Madre vigila y su mirada penetra todas las cosas.

-Pudo encontrar el sobre?  el que le había dicho que estaba en la mesa de noche?
-Si.   ¿Este?
-Abralo.  Es algo para usted
-¿Que es?
-Tiquetes aéreos, para un viaje.  Y reservas de hotel.  Todo está pagado, lo había empezado a pagar desde hace un tiempo.  Esperaba que pudieramos ir juntos pero yo no puedo ahora, asi que va a tener que ir usted.   Hable con ellas a ver quien la acompaña.  Mire que asi va a poder ver cómo es el mar, y como es viajar en avión.  No se puede dejar dejar perder los tiquetes. Sería un desperdicio y no son reembolsables. 


-Señora, salga un momento mientras pasamos la ronda de enfermería.
-Bueno, el paciente de la 517.  Neumonía.  Sepicemia.  Día decimoquinto.   Pasó la noche muy regular.  Estuvo agitado.  Creo que tuvo alucinaciones.
-Y le subió temperatura?
-No, mas antes la tuvo bajita toda la noche.  como 35 y medio.
-Y con que esta ahora?
-Lo mismo.  Ampicilina Sulbactam cada 6.  Trimetoprim Sulfa cada 12.   Cefotaxima cada 6.   Ah no,  espere, esa la subieron a cada 4.   Aztreonam cada 8.  Metronidazol cada 8.  Ahorita no le pusimos el último vial de metronidazol,  porque el almacén no ha despachado más. Le tocaba a las 6:30.  Metoclopramida cada 8.  La nutrición parenteral siguependiente de iniciar porque no lo han autorizado.  Anoche se le inció Diazepam a las 12 y otra dosis a las 3 pero no dejaron en las órdenes si eran dosis únicas o continúa con horario.  Hay que preguntar. 
-Y la vena?
-Ay, pues no se.  Este goteo era para veinte minutos y se lo puse hace una hora.  
-Está tapada
-Si apenas estaba canalizada de anteayer.
-Pásele un bolo de salina
-Despacio, que se revienta
-Ni modo
-Y donde le vamos a coger otra? Ya no tiene de donde.
-De pronto aquí por la parte de atrás de este antebrazo,
-No, ahi no se puede porque todavía tiene flebitis de la vena que se extravasó la semana pasada. 
-Pues entonces hablen con Celia, que ella tiene buena mano para encontrar venas.
-La de pediatría?
-Sí, ella les hace el favor.
-Y si no?
-Hablar con el médico para que le programen una venodisección. 

-Quisiera salir de aquí, Madre.
-Es imposible.  Dicen que está muy delicado todavía.
-Pero han sido tantos días.  Sé que no a casa, pero afuera.   Afuera de esta habitación.  Una terraza.  Un balcón.  Una ventana con vista al cielo, al menos. Un momento nada más.

Un pequeño equipo de enfermeras es necesario para transladar toda la parafernalia hasta el balcón.  Casi es el ocaso.  Cruzando el cielo limpio de nubes, una bandada de garcillas bueyeras en nítida formación de V.  La madre me extiende una pequeña taza con gelatina.  Garganta completamente seca.  Imposible de tragar.  Como pasar vidrio molido. 

-¿Porque insistio tanto en que me fuera?
-Porque estoy cansado.  Me fallan las fuerzas.  La vida se me escapa.  Sin embargo me es absolutamente imposible morirme delante de usted.  Delante de las enfermeras podría.  Ellas están acostumbradas. está en la descripción del trabajo.   Pero delante de usted...  No logro reunir el valor para dejarme ir.  


"Mamá, la vida acaba de empezar
Pero ahora me tengo que ir y dejarlo todo
Mama, no es por hacerte llorar
Si esta vez ya no regreso mañana
Sigue adelante,
sigue adelante como si nada importase realmente.
 ...
Fácil viene y fácil se va.  Me dejarás ir?
En el nombre de Alá!
No, no te dejaremos ir (¡Dejadle ir!)
En el nombre de Alá!
No te dejaremos ir (¡Dejadle ir!)
En el nombre de Alá!
No te dejaremos ir (¡Dejadme ir!)
No te dejaremos ir (¡Dejadme ir!)
No te dejaremos ir (¡Dejadme ir!)
Ah. No, no, no, no, no, no, no
(Oh mama mía, mama mía) Mama mía,
déjame marchar."
Bohemian rhapsodyQueen
Anight at the opera.  EMI. 1975



"Ella me mira fijamente, como un pez. cuando estoy débil
He estado encerrado en tu caja acorazonada toda una semana.
Oye
espera
tengo una nueva queja
para siempre en deuda por tu consejo invaluable"
Heart-shaped box.   Nirvana
In utero.  DGC. 1993


"Romperá la tarde mi voz
Hasta el eco de ayer.
Voy quedándome solo al final,
Muerto de sed, harto de andar.
Pero sigo creciendo en el sol,
Vivo.
Era el tiempo viejo la flor,
La madera frutal.
Luego el hacha se puso a golpear,
Verse caer, sólo rodar.
Pero el árbol reverdecerá
Nuevo"
Zamba para no morir.  Mercedes Sosa
Yo no canto por cantar.  Universal. 1966