miércoles, 16 de noviembre de 2011

Ritos funerarios

"encore un moment, monsieur le bourreau, un petit moment"
Madame du Barry. 8 de diciembre de 1973
"Y de repente el toro miró hacia mí. Con la inocencia de todos los animales reflejada en los ojos, pero también con una imploración. Era la querella contra la injusticia inexplicable, la súplica frente a la innecesaria crueldad"
Antonio Gala. Carta a los herederos. 1995


Túmulo funerario para hombre y perro. 
Excavación arqueológica de Goyet (Bélgica)
Paleolítico superior- Periodo auriñaciense. circa 31500 a.c.

El colegio solicita permiso para una salida de campo. Las entidades parentales no parecen de acuerdo.  Visita a la reserva forestal. Inicia a las 0800 horas - termina a las 12:00.  La Madre se opone. El Padre estudia detenidamente el papel de la autorización y frunce el ceño.  Al cabo de unos instantes, estampa su firma.  El viejo bus de transporte escolar que nunca se utiliza, ha sido desempolvado para la ocasión.  Tose y traquetea mientras toma la carretera al norte.  Objetivos: establecer las diferencias entre el bosque nativo y el bosque artificial (nada vive en el sembrado de pinos).    Los altos robles rojos se mecen con el viento. Las diminutas semillas del encenillo vuelan, flotando en su cubierta pilosa.  Una familia de armadillos se afinca en las oquedades bajo las raíces gigantes de la gran ceiba. La tibouchina florece con corolas aterciopeladas.  El octavo grupo del primer grado también ha tenido su salida de campo.  Han ido a la ribera del río.  Los altos niveles de precipitación en su cabecera trajeron la creciente, que se llevó de repente a los últimos bañistas despreocupados. Los rescatistas registran los vericuetos del río en busca de sus cuerpos.  Los han encontrado muy lejos, casi al llegar al gran Río de la Magdalena.   Las clases se han suspendido por el día.  El salón de gimnasia sirve de sala de velación improvisada.  Dos cajones marrones de madera.  Una corona de flores con cintas moradas, encargada por la rectoría.  Todos en fila, según grupos y grados, pasan a despedir a los muertos.  Sus narices, atiborradas de algodón.  Sus rasgos, hinchados y macerados por el agua.  Una palangana bajo cada ataúd recoge los fluídos que gotean intermitentemente.  A la salida, el bullicio y la celebración por un día sin clases.  El círculo de la vida es implacable, y las tragedias ajenas a duras penas generan indiferencia. 


Círculo de sangre.  marcador permanente sobre papel. 2002

El Padre ha salido más temprano de lo usual a su ronda nocturna de vigilancia, con su escopeta y su perro.  El atardecer, furiosamente rojo se extiende por el firmamento.  El perro, sin raza definible, ha estado con la familia igual tiempo que yo.  Posiblemente uno de sus ancestros fué un pastor alemán, segun muestra su largo hocico y empinadas orejas.  Pelaje corto, amarillo.  Sus patas, demasiado cortas para su cuerpo.  No come concentrado para perros, como en los comerciales de la televisión. Come lo mismo que nosotros.  El Padre siempre ha compartido con él la porción de  carne de la cena.  Regresa pronto, sin el perro.  Ha muerto y debo llevar una pala y enterrarlo.  Está bajo el árbol de mango.  Yace en un charco de su sangre.  Gran herida al lado de su cuello.  Aún no ha muerto, en realidad. Sus patas se mueven espásticamente de cuando en cuando.  La sangre huele a hierro oxidado y monedas viejas.  En sus ojos, brilla, terrible, la angustia.   En pocos instantes, la luz de sus ojos se apaga.  Por un breve momento, desaparece el olor a sangre y a miedo.  Me mira a través de los ojos apagados del perro.
-Olvido y Ausencia
(Muerte conoció nuestro último nombre)
-Ha sido un largo tiempo....

La fosa se ha excavado en el suelo duro.  Las piedras mas grandes que pude encontrar marcan el lugar.  Frente a ellas pienso en la implacable voluntad de vivir de los seres.  La Madre ha venido.  Me ha explicado que el perro ha cazado y devorado una de nuestras gallinas.  Una vez que un perro ha probado una, nunca deja de hacerlo.  Ya ha dejado de ser útil como guardián.  Necesitamos las gallinas porque nos proveen huevos y carne. No puede permitirse.  El Padre ha tenido que matarlo. Ha tenido que usar su machete porque las municiones son costosas.  Le digo que lo comprendo, aunque no es completamente cierto.


   
Marcha No. 1 de Pompa y Circunstancia.  Edward Elgar. Opus 39.  1901
 

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