La guerra es la paz. La libertad es la esclavitud. La ignorancia es la fuerza
miércoles, 2 de noviembre de 2011
La naturaleza del sufrimiento
"Yo tenía una niña. Yo tenía un pez muerto bajo la ceniza de los incensarios. Yo tenía un mar. ¿De qué? ¡Dios mío! ¡Un mar!
Subí a tocar las campanas, pero las frutas tenían gusanos.
y las cerillas apagadas
se comían los trigos de la primavera.
Yo vi la transparente cigüeña de alcohol
mondar las negras cabezas de los soldados agonizantes
y vi las cabañas de goma
donde giraban las copas llenas de lágrimas"
La hija del tendero está en el hospital. La Madre ha determinado que iremos a visitarla. Visitar a los enfermos es una de las obras de misericordia corporales (fuente: el Catecismo. Gaspar Astete. 1599). Es una muchacha joven, de las mas grandes del último curso de la escuela de la vereda. Hace poco tiene senos, como las mujeres grandes. La tienda es una casa de madera a la vera del camino con bancos de tablones sin pulir donde los campesinos beben cerveza. Ella y su hermano dicen que no viven con su madre porque murió. Las otras niñas dicen que abandonó a su familia. Hace algunos días no va a la escuela. Dicen que se envenenó a sí misma con el propósito de morir. Que deseaba morir porque su padre le prohibió ver a un hombre del que estaba enamorada. Que estaba prohibido porque dicho hombre ya tenía una esposa. Que es de mala educación averiguar por las circunstancias ajenas. El hospital de la ciudad es un laberinto de cuartos idénticos, en cada uno de los cuales se acomodan en hileras de oxidadas camas metálicas, enfermos con la misma expresión de sufrimiento en el rostro de todos. Con ella, su hermano, que nos recibe. Le explica a la Madre que en medio de una discusión con su padre, ella tomó una docena de totes, se encerró en su cuarto y se los tragó uno por uno. Los totes son, al parecer, unos pequeños explosivos que explotan ruidosamente cuando se pisan con el zapato, que venden en la tienda para las celebraciones de las fiestas patronales y la Navidad. Los médicos les han explicado que el fósforo contenido en éstos ha destruído irreversiblemente su hígado, que el hígado es indispensable para la vida humana, y que por esto en el plazo de algunos días su cuerpo se irá envenenando progresivamente con sus propias toxinas, que entrará en inconsciencia y que irremisiblemente morirá.
Geometría 15. Corona de Espinas.
Marcador permanente sobre cartón. 2009
Las mujeres de la vereda la rodean y rezan el rosario. Su padre ha contratado un cura para que venga a ungirla con aceite. Ella retuerce sus manos y llora, ahogándose con el hipo. Su respiración agitada huele a dulce. Dice que no quiere morir y pide a Dios por un milagro. El texto de Elisabeth Kübler-Ross de la biblioteca pública menciona algo parecido (Sobre la muerte y los moribundos, Grijalbo, Barcelona, 1993 ISBN 978-84-253-2445-1). acerca de la negociación con poderes superiores como mecanismo de defensa ante la muerte. Menciona también negación, ira y depresión, aunque es posible que no todos se presenten. El ultimo estado es la aceptación, aunque no todos la alcanzan. Cada humano trata de llegar a ella recorriendo su propio camino metafórico. El camino de la hija del tendero está marcado por la inconveniencia de tener que asistir desde su cama de hospital a su propio velorio y su propio novenario, muy similar al de la hermana menor de Madre, pero con oraciones diferentes.
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