viernes, 13 de enero de 2012

Damnatio memoriae

"Y no traerás cosa abominable a tu casa, pues serás anatema como ella; ciertamente la aborrecerás y la abominarás, pues es anatema"
Deuteronomio 7:26.  Biblia de las Américas. Lockman, 1997

Bajorrelieve destruído de Hatshepsut.  Imperio nuevo. Decimoctava Dinastía
Templo de Karnak, circa 1457 A.C

El psiquiatra opina que mi estado de ánimo ha mejorado notoriamente.  Ha reducido la medicación.  Ha autorizado incluso que salga de la clínica para ir a las clases y a las prácticas.  Los profesores han dado un pequeño discurso de bienvenida. Todos miran con curiosidad y un poco de repulsión.  Los pasillos son un nido de susurros. 
-Es ése.
-Sí
-Pensé que se había muerto
-No, pero casi...
-No deberían haberle dejado volver tan pronto, se nota que está mal de la cabeza
-Sí, pero habla más bajo, que estará mal de la cabeza, pero no sordo.
Decenas de exámenes por presentar. Decenas de informes por redactar. Decenas de historias clínicas por  diligenciar. La medicación me produce pequeños espasmos del rostro. Mi boca está seca como el algodón.  Sin embargo, al final de cada día regreso a E.  Abrazos y palabras de aliento.  Largos besos.  Paz.

Adelaida me ha llamado aparte.  Me ha dicho que ha notado lo cercanos que hemos terminado siendo E y yo.  Que tiene algo que enseñarme. Me ha hecho prometer guardar el secreto. Me extiende una carpeta. Es la historia clínica de E.   Si alguien se entera que me ha permitido verla, perdería su empleo y su licencia.  No debería, sin embargo la veo.  Historia de fiebre prolongada. Alteraciones de la conducta. Confusión.   Prueba de inmunotransferencia para VIH positiva.  Recuento de linfocitos T CD4+ por debajo de 100/microlitro. Infeccion por VIH en estadío de SIDA.  Es la razón por la cual me niega todo contacto con su sexo.  Una placa de tomografía computarizada del cerebro. Pequeñas figuras blancas, como anillos que flotan en la bóveda de su cráneo.  Ya lo he visto otras veces. Es el toxoplasma que carcome su cerebro poco a poco. Es la causa de sus pequeñas ausencias esporádicas, cuando se queda mirando al vacío.  

Cápside.  Pintura vinílica sobre cartón. 2004

El psiquiatra piensa, igualmente, que E ha mejorado mucho.  Es domingo.  Su madre ha venido a la visita, desde lejos.  Le han notificado que le dan de alta.  Su madre le ha ayudado a empacar. Se ha despedido con un beso y una promesa de vernos a diario. Han salido con sus maletas hacia el auto.  Me ha dicho adiós con la mano.  Al día siguiente, efectivamente se encuentra esperándome a la puerta de la facultad.  Y al siguiente. Y al siguiente. Hemos caminado juntos por las calles, y compartido el café y las confidencias.  Se ha negado en redondo en regresar con su madre a su ciudad de origen.  Ha ocupado de nuevo su apartamento. Planea regresar a su antiguo trabajo.  Se siente optimista acerca del futuro.  Me ha llevado a cenar, y luego al cine, para celebrar mi cumpleaños número dieciocho. Le he besado apenas se apagan las luces, y sin darme cuenta, la película se ha terminado, mis labios aún sobre los suyos. 

Generalmente, me acompaña en el camino de regreso hasta la clínica, donde debo pasar la noche. No hoy.  Hemos tomado otras calles, en silencio.  Camina de manera maquinal. Nos hemos detenido frente a una oficina. Se detiene, de pronto, y me mira sorprendido.   Me toma de la mano y regresamos de prisa sobre nuestros pasos.  Ha tenido otra de sus ausencias.  Me explica que el lugar a donde sus pies nos han llevado es la oficina de su ex, de quien nunca quiere hablar.  Ha decidido contarme la historia.  Se amaron. Lo compartieron todo.  Un día, sin embargo, descubrieron que ambos eran portadores del VIH.  Se culparon mutuamente. Se recriminaron mutuamente. No pudieron superarlo nunca.  Le digo que no ha cambiado nada entre nosotros.  Que nada del pasado importa ahora. 

De nuevo el domingo.  El Padre y la Madre han venido a verme.  Están preocupados por mí.  Necesitan respuestas.  Les he explicado que he vivido luchando contra mi naturaleza y que no era feliz.  Que la negación me llevó a la desesperación y a atentar contra mí mismo.  Que he decidido darme la oportunidad de vivir según mis propios términos y encontrar mi camino.  Que he encontrado un hombre a quien amar, y que me ama.   La Madre palidece en su asiento. El Padre enrojece y se levanta, con los dientes apretados.   La Madre le tira de la manga. Aquí no, que hay gente.  Vamos a hablarlo afuera.  Sentado, en mi silla espero que regresen, pero no regresan.  El siguiente domingo, Hermana mayor ha venido, trayendo una gran caja de cartón atada con un cordel.  Son mis cosas. La ropa que quedaba en su casa. Algunos libros. Unos lápices. Mi cuaderno de dibujo.  Tengo dieciocho años ahora, me explica.  Es tiempo de dirigir mi propia vida.  No podré regresar más a su casa.  El Padre ha decretado la condenación de la memoria. 

"Oh, mi papito querido:
Él me hace feliz. Es bello, bello.
Me iré a la puerta rosa
a comprar el anillo.
Sí, sí.  Allí quiero ir
Y si dices que no
me iré al puente viejo
para arrojarme al Arno.
Sufro y me atormento,
podría morir.
Papa, piedad. Piedad"

O mio babbino caro - Gianni Schicchi.
Giacomo Pucchini y Giovacchini Forzano. 1917
Kiri Te Kanawa y la Orquesta Filarmónica de Londres. 1997

"Ya no has de ser mi hija nunca más.
abandonada seas para siempre,
repudiada seas para siempre,
destruídos sean para siempre
todos los lazos de la naturaleza.
Abandonada.
Repudiada.
Destruidos
De la naturaleza todos los lazos sean"

Der holle rache - La flauta mágica.
Wolfgang Amadeus Mozart y Emanuel Schikaneder. 1791
Diana Damrau y Dorothea Röschmann

6 comentarios:

  1. Tengo una curiosidad, ¿todas las viviste realmente o sólo son relatos en primera persona?

    Besos.

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  2. Estimado Christian: Las historias están basadas en hechos reales. Sin embargo, algunos personajes pueden haber sido modificados, fusionados o divididos y algunas circunstancias alteradas, para propósitos dramáticos. La línea cronológica, así mismo ha sido en partes alterada con el propósito de facilitar la narración.

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  3. Qué fuerte, es una historia tremenda. Tanto la relación con E. y su enfermedad, como la reacción del padre y la madre. Hay padres que creen que tener un hijo homosexual, o simplemente "extraño", es peor que si estuviera apestado. Mi padre en una ocasión me dijo: "Mejor sería que no hubieras nacido". Así de fácil se quitan algunos ese "estigma". Me gustaron también los fragmentos musicales, tan profundos, y esa preciosa ilustración tan colorida, que yo no dejo de interpertar como un mandala :-). Besos.

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    1. Estimado Roberto: Por naturaleza, el ser humano odia lo que no puede comprender. Es lamentable, pero así es. Tal vez algún día sea diferente. La verdad es que las ilustraciones si tienen mucho en común con la geometría sagrada de la yantra y la mandala, aunque esa semejanza surgió espontáneamente, porque empezé a hacerlas antes de conocer sobre el tema.

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  4. Lo que no mata hace más fuerte, y es duro, pero siempre hay que encontrar la moraleja y tratar de encontrar lo positivo, lo que realmente se haya en nuestro interior (sé que es difícil de encontrar a veces)

    Tremendo relato pero intenso, y precioso

    Besitos popfilácticos

    http://popfilaxis.blogspot.com

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    1. Estimado Popfilaxis: Me complace mucho que hayas encontrado bueno el relato, te agradezco el comentario. Es verdad, en muchos casos en el momento no sabemos encontrar la cara positiva de las cosas pero eso no quiere decir que no esté ahí. felicitaciones por tu blog. es muy bonito e interesante. abrazos

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