miércoles, 18 de abril de 2012

Altum silentium


"Mi corazón es un reloj triste
que late sin hacer ruido.
Mi madre tenía alas de oro
que no encontraron un mundo.
Escuchad, me busca mi madre,
sus dedos son luminosos y sus pies, sueños que
caminan.
Y suaves vientos con soplo azul
entibian mi sueño.
Siempre en las noches
cuyos días llevaban la corona de mi madre.
Y de la luna bebo vino silencioso
cuando la noche viene solitaria.
Mis canciones trajeron el azul del verano
y regresaron sombrías a casa.
Has escarnecido a mis labios
y hablas con ellos.
Pero extiendo mis manos buscando las tuyas
pues mi amor es un niño y quiere jugar.
Tomé a uno de vosotros y luego al segundo
y lo besé,
Pero mis miradas se mantuvieron dirigidas hacia
atrás
hacia mi alma.
Me he vuelto pobre
en vuestra mendicante obra de caridad.
Y no supe nada de estar enferma
y estoy enferma de vosotros,
Y nada es más insidioso que la enfermedad
que quiebra los pies a la vida, 
roba la luz al camino del sepulcro
y calumnia a la muerte.
Pero mi ojo
es la cumbre del tiempo,
su brillo besa
el borde de Dios.
Y os quiero decir aun más,
antes que se vuelva oscuro entre nosotros.
Si eres el más joven de vosotros
entonces debes saber lo más antiguo de mí.
En tu alma jugarán -de aquí en adelante-
todos los mundos.
Y la noche se quejará
al día.
Yo soy el jeroglífico
que yace bajo la creación.
Y me hago semejante a vosotros
a causa de la nostalgia por el ser humano.
Rasgo la mirada eterna de mis ojos,
la luz vencedora de mis labios -
Conoces a un cautivo más difícil,
a un hechicero más malvado que yo.
Y mis brazos, que quieren elevarse,
se hunden..."

Mi canción silenciosa. Else Lasker-Schüller.  Gesammelte Gedichte (1917).

Alegoría del triunfo de Venus. (detalle)
Oleo sobre lienzo. Galería Nacional de Londres

La pediatra es alta y rubia.  Si no fuera porque siempre parece recien haberse levantado tras una larga noche de insomnio sería probablemente muy hermosa.  Llega a las diez al ala de pediatría en el servicio de urgencias a autorizar el translado a hospitalización de los pacientes mas graves. Escucha distraídamente mi resumen sobre su estado mientras se recoge el cabello en un moño sostenido con un lápiz.  Firma las órdenes medicas. Algunos minutos despues ya se ha ido. Entonces de nuevo la consulta de urgencia. Decenas de pequeñuelos con idéntico resfriado.  Decenas con idéntico virus estomacal.  Mantenga despejadas las fosas nasales con suero salino.  Vigile la respiración.  Administre líquidos frecuentemente. Administre Sales de rehidratación oral después de cada deposición. Prepare sólo con agua hervida. Lave las manos frecuentemente. Vigile los signos de deshidratatación. No suspenda la lactancia materna.  Cada seis horas. Quiere decir cuatro veces al dia.  Cinco centímetros cúbicos. Se mide con una jeringa. No olvide retirar la aguja primero. Recuerde agitar bien el inhalador. Debe pasar primero a la caja a facturar. El hombre avanza nerviosamente por los pasillos. Ropa sucia. Barba de una semana. Ojos excesivamente abiertos.  Se aleja haciendo retumbar sus pasos por el pasillo, bajo la luz punzante de los tubos fluorescentes. 


Ocho.  Marcador sobre papel. 2005

Agua y sombra.  Tinta sobre papel. 2009


Corrosión. 
-Ha visto Ud., Teresa? Es la quinta vez que ese señor pasa frente a esta puerta en la última hora. 
-Es un enfermo mental.  Lo tienen en urgencias de adultos desde la madrugada.  Debería estar sedado a estas alturas, pero el interno de psiquiatría no ha pasado a verlo en todo el día.  Ya sabe como son estos costeños...
La enfermera regresa a la ronda de medicamentos y continúo con el examen del enésimo pequeño del día.  Recostado en el regazo de su madre, sus pequeñas costillas oscilan al vaivén de  su respiración acelerada, hundiéndose con cada inspiración.  El fonendoscopio transmite desde su pecho el canto de mil burbujas que se rompen  al unísono.  Entonces el consultorio se llena de olor a miedo y a sudor y a rabia.  La mujer que sostiene al pequeño palidece.  Una presencia tras de mí.  Al volverme, veo los ojos enrojecidos del hombre. Un segundo después, un destello. Dolor agudo. Un puñetazo directo al centro del rostro. Mis gafas se han roto. Sabor a sangre.  Caído en el suelo, de frente al tubo fluorescente que brilla furiosamente. El hombre sobre mí.  Su rodilla oprime mi abdomen.  Sus manos aprietan tenazmente mi garganta. 
-La abominación tiene que morir.
-Quien es ésta temeraria criatura que no teme a mirar detrás del velo de nuestra apariencia?.
Dilatadas pupilas. Saliva seca acumulada en la comisura de su boca.
-La voz de ocho me ha prevenido. Es el único modo de estar a salvo.
-Jamás tendrías que haber escuchado a los destinos. Sólo te añadirán a su cosecha de carne.
Sus uñas, irregulares y mordidas se clavan en la piel.
-Silencio! Cómo es que habla a mi alma aunque la voz se haya sofocado? Siento cómo entra en mi mente.
-Ya estábamos en tu mente. Siempre estuvimos en tu mente. Siempre.
Los niños lloran al unísono. Pasos de mujeres que corren en estampida. Al fondo, los chillidos agudos de la enfermera.
-Qué es? Por qué es?
-No calles tus gritos.  El viento nocturno siempre tiene espacio para llevar un grito más.
Instante de profundo silencio que parece extenderse hacia el infinito. El vigilante de la entrada principal llega por fin.  Un golpe de su porra y el hombre se derrumba sobre mí.  Luego lo ruedan hacia un lado. Teresa me ayuda a incorporarme. La nariz sangra.  Trato de pedir un pañuelo pero la tos me lo impide.  Alguien ha traido una bombona de oxígeno y me acerca la máscara de caucho.  Poco a poco la voz regresa.  La larga figura de V. se dibuja en el marco de la puerta.
-Es mi culpa. Tendría que haber venido antes.
-No te preocupes. son cosas que pasan.
-Hay algo que pueda hacer para compensarte?
-Preferiría que no pases por mi cuarto esta noche. O tus amigos. Ahora necesito descansar un poco.
"Me estoy llevando el río
debo saciar la sed de mi adivino
estoy corriendo mucho
un pez me grita y yo nunca lo escucho
y desaparecer es lo que me aconsejan
huir de ti, salirme de tu senda
pero tome tu piel, quede imantado a eso
como los bosques imantan el silencio"
Chaco. 1995. Gigolo Productions.

"En algún lugar
entre el sagrado silencio y el sueño,
cuando me convertí en el sol,
hice brillar luz
en el corazón del hombre"
Toxicity.  System of a Down.
Toxicity 2001. American Recordings.

4 comentarios:

  1. Blackmount, hoy tengo el día elevado o más bien el que está elevado soy yo, no iluminado ni especialmente lúcido, solo elevado, arriba, viendo transcurrir la realidad y sacándole interpretaciones. Así que me voy a permitir una "elevada" interpretación de lo que has dejado.

    Ese paciente suelto no es más que un presagio, el mal que acecha o el golpe que desbarata la rutina. En este caso, al protagonista de la historia parece haberle venido bien que andara por allí y así poder deshacerse de esclavitudes que también se han hecho rutina.

    Porque es el gran peligro que nos acecha, el hacer por inercia y sin embargo tampoco estamos preparados para dar significado y contenido a todo lo que hacemos. Somos muy ratos los humanos.

    Un beso.

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    1. Estimadisimo Argax: es una muy interesante y a la vez acertada interpretación y un punto de vista que no habia considerado pero que aplica mucho. A veces cuando lo inesperado nos arranca de lo cotidiano vemos cosas nuevas de nosotros mismo y de los demas. Muchas gracias por la visita. Besos y abrazos.

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  2. La verdad es que la imagen de ese hombre enfermo mental rondando por el pasillo, cerca de los niños, resulta inquietante (como la banda sonora de Psicosis que pusiste en una entrada anterior). Aunque no me esperaba su reacción. Estoy de acuerdo con Argax en que muchas veces lo imprevisto nos provoca una redefinición de la realidad, aunque el tránsito sea doloroso. Como siempre, me resulta también interesante ese instante de semi-inconsciencia en el que aparecen esas voces interiores, tan enigmáticas, como esas figuras negras con sus brazos extendidos que pintaste en la imagen titulada "Ocho". Me recuerdan a sacerdotizas paganas profiriendo conjuros. Me gusta también tu "Agua y sombra", me hace pensar en la recreación en imagen del sonido del interior del cuerpo. Bueno, y el sonido de tantos niños llorando juntos pone a prueba los nervios de cualquier adulto, jeje. Como dice una amiga mía que cuida niños, cuando los niños se juntan no se suman, sino que se multiplican, jajaja. Besos y un fuerte abrazo.

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    1. Querido Roberto: me impresiona mucho tu interpretación de la figura. "la recreación en imagen del sonido interior del cuerpo". Cada que pienso en ello le encuentro más sentido. creo que tienes una percepcion mas aguda de lo que quiero transmitir que yo mismo. y concuerdo en que lo inesperado mantiene en movimiento nuestra existencia al tensar los limites de lo cotidiano. Y efectivamente, los niños son muy lindos y tiernos pero su llanto es como uñas sobre una pizarra :-) muchas gracias por la visita. besos y abrazos

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