viernes, 6 de enero de 2012

Metaestabilidad del vacío

"Despierto, y me encuentro en el Palacio Celestial
con el Emperador de Jade,
hablando y preguntando insistente
a qué estoy ligada.
Le digo que el camino de la vida es corto
y yo sólo he logrado unos pocos, inusuales poemas.
Ahora, el pesado Roco de Diez mil Li ha emprendido el vuelo,
Ojalá el viento siga empujando mi pequeña barca
hasta la tierra de los Inmortales"
Xiao Guanyin. Poemas de Hangzou.  circa 1173.
Numero 1.  Mark Rothko. 1964
Oleo sobre lienzo.  Museo de Arte moderno de Basilea

Como temía. Después del encuentro bajo la tormenta, el vacío ha llegado para instalarse de nuevo.  El entumecimiento me cubre y no puedo sentir.  Objetivamente, comprendo lo que ha sucedido: he tenido un encuentro homosexual.  Pude resistirme pero no lo hice.  Mi cuerpo reaccionó a su tacto.  Tuve una erección con él como no tuve con una mujer, a pesar de que fué doloroso. Sin embargo, aunque no lo puedo explicar lógicamente, algo se ha quebrado en mí.  Las cosas ya no podrían volver a ser iguales. He pensado en lo que diría la familia si lo supiera.  La ira del Padre. El asco de la Madre.  El miedo de todos.

Hace algunos meses que tengo pacientes asignados por sus números de cama, en el pabellón infantil. El pediatra viene, en la mañana, a escuchar abstraídamente el informe que tengo que darle sobre su estado. Firma las notas que he escrito en sus historias clínicas. Luego se va.  He visto sus rostros retorcidos por las punzadas del dolor. Los he visto llorar. Los he visto despedirse. He visto extinguirse la luz de sus ojos mientras les aplico las maniobras de reanimación cerebro-cardio-pulmonar. He visto el llanto de las madres. He escuchado sus blasfemias. He escuchado sus rezos.  El ejercicio de la empatía estaba bastante adelantado.  Por momentos pude sentir su dolor y su pena.  Pero ahora, todo se ha ido.  Trato de asir aún un fragmento mínimo de emoción.  Todo se ha ido.

Lo he visto de nuevo muchas veces.  Me ha visto sin ver, con completa indiferencia.  No he tratado de hablarle. He visto a su esposa pasar a recogerlo en su automóvil en las tardes.  He tratado de sentir rabia hacia él. Odio tal vez. Verguenza al menos. Pero no siento nada en absoluto.  Las semanas se suceden en un mar de inmovilidad. Oscuridad. Silencio. Vacío.  No puedo avanzar en ninguna dirección.

Abismo de la carne. Acrílico y collage. 2002


La mañana ha traído a un niño pequeño junto con su hermana aún mas pequeña.  Jugaban despreocupadamente en uno de diez mil trapiches paneleros dispersos a todo lo ancho del valle del sur, donde trabajan sus padres.  Un movimiento en falso las envió al fondo de la paila gigantesca donde se cuece el jugo de la caña.  El caramelo ardiente quemó sus cuerpos.  Los cirujanos trabajaron con ellos durante todo el día.  Al caer la noche, los trajeron a sus camas.  Durante los siguientes días batallan duramente contra la muerte y el dolor.  Su madre, perpetuamente a su cabecera. Una muchacha flaca y pálida, con ojos enrojecidos.  Los narcóticos cada vez son más insuficientes para darles alivio.  Cada vez más dosis.  La infección avanza, inmisericorde.  Los procedimientos del quirófano no parecen ayudar lo suficiente. Al amanecer del octavo día, el frágil cuerpo de la niña cede finalmente. Sus ojos, apenas lloran, ya sin ver.  Su madre la ha besado en la mejilla buena y le ha dado permiso de irse.  Su respiración cada vez mas tenue.  El monitor muestra el cese de la actividad cardiaca.  El protocolo de reanimación para asistolia se aplica sin respuesta.  La madre se cubre el rostro congestionado con su mano y llora con pequeños hipos.  Trato de decir una palabra de consuelo pero no sale ninguna.  Son fórmulas elementales de cortesía. las he dicho muchas veces. Estan ahí, sin embargo no tengo fuerza para articularlas.  Las palabras son completamente inútiles.  De nuevo la ronda de la mañana. De nuevo las clases. Necesito obligarme físicamente a bañarme. A cepillarme los dientes. A comer.  A recitar cien buenos días. Pesadamente, trato de continuar con la rutina diaria.  No puedo continuar.  He sustraído las ampollas de morfina de la niña muerta, que no alcanzaron a ser utilizadas y no han sido recogidas todavía.  Las enfermeras están en su receso de fumar.  Un catéter de número 18. Un equipo de venoclisis.  Una bolsa de suero salino.  Algunas ampollas  de barbitúricos del estante.  El texto de farmacología aplicada indica que los barbitúricos y los opiáceos se potencian mutuamente.  El cálculo de la dosis media letal se puede establecer considerando la masa del organismo.  El depósito de la ropa de cama limpia es un buen lugar. Se puede trancar desde el interior. Al abrir la llave del goteo, el único pensamiento que cruza por mi mente es que Marilyn Monroe también murió por una sobredosis de barbitúricos.  Absurdo.  Me siento pesado. Creo que me he dormido por un segundo.  El silencio en el hospital se ha hecho absoluto. Curiosamente, han cesado por completo los llantos y los gritos y los chirridos de las sillas de ruedas y el zumbido crepitante de las conversaciones colectivas.  Jamás había estado tan silencioso.  Al salir del depósito, el hospital parece el de siempre. Las mismas grietas, los mismos desconchados.  Pero no. Además del ruido, el olor perpetuo a sangre, vómito, mierda y desinfectante tambien se ha ido por completo.  En las camas tendidas, no hay nadie. Ni en la estación de enfermería.  Sólo en la habitación de aislamiento, la niña quemada se mira sus manos envueltas en vendaje sangriento.  La cama de su hermano, vacía, como las demás.  Tampoco está su madre.  Me sonríe y me mira inquisitivamente. 
-Otra vez, Olvido y Ausencia
-Una vez mas volvemos a vernos, Muerte. 
-Has abandonado la Tarea. No se puede abandonar la Tarea. Los Destinos te castigarán esta vez, sin duda
-Lo hemos tenido en cuenta.
-Vamos, entonces. Toma mi mano.
...

-Por que razón...?
-Avanzar era imposible.  No tuvimos salida.
-Haz desobedecido. Infinito y Eternidad nunca nos dieron este tipo de problemas
-Lo sabemos, y estamos grandemente afligidos
-Esperábamos más. Habías alcanzado adelantos importantes
-No. Nos estancamos.  Perdimos todos los avances.  Perdimos el ejercicio de la empatía, a punto de lograrse
-Es incorrecto.  Recopilamos muchos hallazgos en el último zetaciclo
-Pero lo único que hicimos fue yacer en el vacío. Es tan difícil batallar contra el vacío...
-No era en realidad el vacío. Era una emoción humana
-Le dicen Desesperanza
-La has asimilado satisfactoriamente. Hemos completado nuestro análisis en éste apartado.  Nos complace.
-Sin embargo, tu insubordinación ha perturbado nuestro orden inmaculado.  Recibirás tu castigo cuando sea conveniente.  Por ahora, deberás regresar.  Precisamos más información.
...

Me despierta un sonido familiar. La incesante alarma de la bomba de infusión intravenosa. Mas allá, el rítmico resoplar de la máquina de ventilación mecánica. Tiras de apósito adhesivo cierran mis párpados. Quiero hablar, pero me lo impide un tubo de plástico alojado en mi tráquea, insertado por un orificio en el cuello.  El dolor toma la forma de catéteres y sondas. 
-Está luchando contra el ventilador.
-Empieza a respirar por su cuenta, al fin
-Es hora de extubar, entonces.

"Mi corazón y yo hemos decidido terminar con todo.
Sé que habrán velas, y plegarias serán dichas.
Que no lloren.
Que sepan que estoy contento de irme."
Adaptación de Szomorú Vasárnap, original de Rezső Seress 


"Yo nunca vi New York,
no sé lo que es París,
vivo bajo la tierra,
vivo dentro de mí.
Yo no tengo un espejo,
no tengo un souvenir,
la Lágrima me habla,
y está dentro de mí.

Yo sólo tengo esta pobre antena
que me trasmite lo qué decir
esta canción, mi ilusión, mis penas
y este souvenir.

Yo subo la escalera,
yo cumplo una misión.
La Lágrima me dice
que yo tampoco soy.
La hija de un amor,
la hija de un dolor,
la hija que no espera,
tu tiempo se acabó.
Y este dolor durará por siempre,
no digas nada, vete de aquí
porque yo voy donde nunca estoy
donde nunca fui"

Chipi Chipi. Charly García.
La hija de la lágrima.   1994. Columbia - Sony Music 

8 comentarios:

  1. Que fuerte texto.

    Me has conmovido, aú no sé si escribes de tí o estas creando algo, de cualquier manera y con lo fuerte de lo que leido puedo decir que entiendo el sentimiento desde dentro que es profundo e intenso y desde fuera puedo verlo como algo distinto, veo más colores y ás opciones, la vida no términa cuando se enfrenta a la homosexualidad, empieza, comienxza de forma diferente y siempre hay caminospor recorrer y la desesperación es el menos afortunado.

    Abrazos y que todo te sea leve.

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  2. Estimado Alvaro: Si el texto te ha producido una respuesta emocional, entonces este ejercicio ha valido la pena. Las historias están basadas en hechos reales. Sin embargo, algunos personajes pueden haber sido modificados, fusionados o divididos y algunas circunstancias alteradas, para propósitos dramáticos. La línea cronológica, así mismo ha sido en partes alterada con el propósito de facilitar la narración. Cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas es completamente coincidencial. Un abrazo.

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  3. Me quedo sin palabras. Si me viera en esa situación y rodeado de esas mismas circunstancias no sé si haría lo mismo. Admiro el trabajo de las personas que se dedican a curar a los demás, y que, a sus dolores propios deben sumar los sufrimientos ajenos. Yo no podría aguantarlo, tengo demasiada empatía, como una prima de mi madre, que era enfermera, y que un día se dejó caer por unas escaleras... y acabó así con tanto sufrimiento. Me llamó la atención lo que cuentas en esa experiencia cercana a la muerte. Yo he tenido alguna experiencia mística en la que he subido a la Luz, si quieres te la cuento en privado, porque no me gusta hablar de ello en público, pero no he visto al Emperador de Jade, aunque sí he escuchado voces que me indicaban el camino que estaba siguiendo y lo que me iban a mostrar. Es sin duda una historia sobrecogedora, y que hace pensar en muchas cosas, el dolor, la soledad,... y tantas preguntas sin respuesta. Besos y un cálido abrazo, cielo.

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  4. Estimado Roberto: Por supuesto que me gustaria mucho conocer tu experiencia. El correo electronico personal es koven@rocketmail.com

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  5. Durante una época de mi vida desée que todo acabase, y es que más de dos meses hospitalizado minan mucho. Pero por suerte aquí estoy, haciendo una vida normal.

    En cuanto a tu homosexualidad es mejor que lo veas como una nueva etapa de tu vida llena de oportunidades.

    Besos.

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  6. Estimado Christian: gracias por tu comentario, seguramente la vida esta llena de oportunidades cuando nos permitimos verlas, porque si nos dejamos doblegar por lo negativo, somos incapaces de verlas. muchas gracias por compartir tu experiencia. abrazos

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  7. Que sencillo es a través de tus palabras conectar con esos sentimientos de profundo dolor, de vacío y de soledad...esta entrada fue muy intensa, amigo, ufff...
    Otro abrazo

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    1. Estimado Un-angel: Me quitas un gran peso de encima, ya que una de mis preocupaciones sobre la redaccion es que me cuesta trabajo no hacerla pomposa o excesiva. La sencillez es la mejor manera de conectar, sin duda. Muchas gracias. Fuerte abrazo

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