sábado, 10 de diciembre de 2011

Epifanía

"Chupar pene es un arte y una forma de vida. Tanto para el hombre que presenta su pene como para el succionador que acepat la invitación, ésta es una forma consagrada para dar y recibir un grado casi inenarrable de placer y comunión.  Es un juego, un trabajo y una veneración."
Paul Morris. Declaración de propósito.  2005. Treasure Island Media.  


Adoración de los magos. Andrea Mantegna. 1501
Oleo sobre lienzo.  Museo J.Paul Getty. Los Angeles

JL está en mi clase.  Tiene dieciseis. Delgado.  Postura erguida. Cabeza en alto. Risa fácil. Disposicion abierta y expansiva. Caligrafía cuidada, de letras cursivas pequeñitas. Conoce los nombres de todos en el colegio. Saluda a todas las muchachas con beso en la mejilla.   Todos parecen ser sus amigos.   Conversa con todos, incluso conmigo.   Charlar con él es sencillo.  Su conversación fluye sin trabas, con agudo sentido del humor.  En las charlas grupales, con frecuencia habla sobre las muchachas con las que sale, o aquellas con las que le gustaría salir. A pesar de que no es particularmente hermoso, casi ninguna le dice que no.  Va a todas partes con su gran portafolios, donde guarda las cuentas por cobrar de su madre.  Ella vende ropa a crédito. La mayoría de las maestras son sus clientas.  En el viejo auto de su madre, cruza todas las direcciones de la ciudad, cobrando las cuentas, cuyos saldos controla cuidadosamente. Sabe conducir, y ya tiene licencia. 

Minutissimum. Carboncillo sobre papel. 2009

La clase de álgebra del día ha sido suspendida, por enfermedad de la maestra, por lo que dispongo de cuarenta y cinco minutos para mi mismo.  La mayoría ha ido al campo de fútbol o al de voleyball a jugar, mientras todos los demás están en sus clases.  En estos casos, acostumbro ir a esconderme bajo las gradas junto a la pista de atletismo, para poder estal solo.  Esta vez, sin embargo no estoy solo.  Algunos minutos después de mi llegada al escondite, escucho ruidos sobre mí.  La madera cruje bajo unos pasos.  Susurros.  El ruido de un cierre que se abre.  Una respiración agitada.  Entre las tablas de la gradería frente a mí, veo unos pantalones caer sobre unos tobillos. Unas piernas velludas. Posiblemente es uno del último grado.  Se sienta con las piernas muy abiertas.  Frente a él, JL se arrodilla. Sus movimientos acompasados son dirigidos por la mano que lo sostiene del occipucio.   Ruidos húmedos.  Jadeo. Un leve gruñido.  Una gota viscosa que cae sobre mi mejilla.  Sorprendido, la tomo con la punta del dedo. Sin pensarlo, la llevo a mi boca. Sabor alcalino. Sal. Como cal disuelta en una lágrima. Como morder un grano de maíz tierno de una mazorca recién abierta.   Descubro de que es lo que mi cuerpo tiene hambre en verdad.
"Y, como una revelación, ya sé que quiero en esta vida"
La guitarra.  Auténticos Decadentes.  Mi vida loca. 1995. RCA records

2 comentarios:

  1. Preciosa historia. Y qué interesante desenlace, con ese maravilloso descubrimiento, jajaja. Ese JL parece que llevaba una doble vida,... como tantos. El vídeo clip que pusiste me encantó, con esa canción tan alegre. Mira que hacía tiempo que no la escuchaba, y me subió el ánimo, jeje. Saludos y un fuerte abrazo.

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  2. Interesante historia!

    Espero leer otra pronto!

    Un saludo!!

    >Víctor

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